La tragedia de Houston, Texas, donde murieron 8 personas y mas de trescientas tuvieron que ser atendidas en hospitales de la zona, nos habla de la fragilidad de la vida humana y también de la falta de seguridad en los que se nutren los bolsillos de ganancias monetarias, pero a quienes la comodidad de las personas les tiene sin cuidado.
Eso del viernes por la noche en Houston podía prevenirse. Pero no sucedió. “El Festival Astroworld de Houston, con entradas agotadas, se llenó el viernes por la noche con unas 50.000 personas en otro signo de una nación ansiosa por escapar de la pesadumbre pandémica y soltarse.
Luego, justo después de las 9 p.m., con el rapero y organizador del evento Travis Scott cantando, la multitud apretada comenzó a empujar hacia el escenario iluminado, dijeron las autoridades.
Al menos ocho personas murieron y decenas resultaron heridas en la aglomeración resultante que, según las personas en el concierto, aparentemente abrumaron al personal del evento y al personal médico en el NRG Park. Los muertos tenían entre 14 y 27 años” (Fuente CNN).
No son las únicas tragedias de este tipo que han ocurrido recientemente. “Al menos 717 peregrinos han muerto este jueves a las afueras de La Meca (Arabia Saudí), al producirse una estampida durante el haj, o gran peregrinación, que estos días realizan dos millones de musulmanes. Otros 863 han resultado heridos, según el recuento oficial. Se trata del mayor desastre ocurrido en esa romería en los últimos 25 años. El accidente, apenas dos semanas después de que el derrumbe de una grúa matara a otro centenar de personas en la Gran Mezquita de esa ciudad santa del islam, pone en el punto de mira la gestión de las autoridades saudíes. Sin embargo, un ministro ha atribuido lo sucedido a la falta de disciplina de los asistentes” (Fuente: Diario El País. Ángeles Espinosa Dubái – 25 sept 2015).
¿Qué lleva a las personas a poner en riesgo sus vidas en estas aglomeraciones que pueden resultar en tragedias, con pérdidas de vida en el resumen? En un caso es un concierto musical. Y es que la música se convierte en una especie de escape ante las presiones de la vida. Y en el otro caso, es la religión. Hay que ir a las peregrinaciones, porque son un mandato de las mismas. Los protestantes no están exentos de estas aglomeraciones cuando de campañas o “cruzadas” evangelizadoras se trata.
Ah. No nos hemos referido para nada en las grandes concentraciones y desfiles políticos, que cumplen con la otra función: hacerles creer a los miles de adeptos a un candidato o plataforma o programa político que ahora sí, hay alguna esperanza para sus muchas necesidades.
Se busca el escape y también aquella especie de “éxtasis” o placer que excita los sentidos y que lleva a los que se encuentran sumergidos en esas experiencias que ellos y ellas no pueden explicar racionalmente, pero que de todos modos son una razón para vivir…
Los organizadores de actos de masa (humana) quieren impresionar los sentidos de las asistentes para lograr algún propósito. En realidad, hay mucho de cierto en aquello que se dice que es mejor aprender a contar nuestros días, para traer al corazón sabiduría.
(guillermo.serrano@ideasyvoces.com)