Por July de Sosa / Ministerio Cristo Como Pastor-CCPAS
Torre fuerte es el nombre de Jehová, a él correrá el justo y será levantado. Proverbio 18:10.
El pasaje es sin lugar a duda la puerta que necesitamos en tiempos difíciles los creyentes del Señor, porque, aunque por medio de Jesús hemos sido hechos hijos de Dios aun pertenecemos a un mundo donde existe enfermedad, escasez económica, delincuencia y otros males semejantes a estos, que arrebatan nuestra paz. Lo que hace que esta afirmación de proverbios sea un aliciente en momentos de adversidad, que en este tiempo de pandemia pareciera que se agudizan, por el impacto que el virus continúa provocando mundialmente en diferentes escalas.
La realidad humana es que todos en algún momento de nuestra vida enfrentaremos retos por diferentes circunstancias que parecerán difíciles de superar como la partida de un ser querido, enfermedad, soledad, divorcio, culpa, y otras. Sin embargo, no tenemos porque pasar solos ese valle, cuando tenemos un Dios maravilloso rebosante de amor para con todos, basto en misericordia, que ha prometido a todo el que se acerque a él, y beba del agua del conocimiento que él da, nunca más volverá a tener sed y, su Santo Espíritu morando en nosotros hará producir en nuestro interior ríos de agua ¡viva! si creemos en esta maravillosa realidad seremos capaces de superar todo dolor, angustia y frustración que lleguemos a experimentar. Pero hay una verdad irrefutable acerca de Dios y de nosotros, y es que él, siempre estuvo, esta y estará, con nosotros, pero no hay forma de sentirlo sino somos especialmente afectos a él.
Considero que ser únicamente simpatizante de Jesús como el hijo de Dios, no ayuda mucho en la relación que conviene desarrollar, creer en él como dicen las santas escrituras que debemos creer, es lo que marca diferencia en nuestra vivencia con él. Y es precisamente en tiempo de presiones cuando es urgente creer y correr a esa torre fuerte capaz de levantarnos y cambiar nuestro lamento en gozo, confiados de que todo cumple un propósito en él, aunque en ocasiones tendremos que conformarnos en descubrir el “paraqué” cuando el “porqué” es difícil de comprender. Me refiero a que es necesario preguntarnos ¿para qué estoy pasando por esto, que tengo que aprender?
El pueblo de Israel vago por el desierto 40 años, hasta que se ocuparon en aprender lo que Dios quería, sin embargo, las santas escrituras dejan conocer que no estaban solos Dios estuvo con ellos alimentándoles, cuidándoles, sosteniéndoles y, aun ni su calzado y ropa se desgastaron. Ese Dios de Israel es el mismo Dios de hoy, así que como permaneció con aquellos, permanecerá con nosotros cuando estemos en circunstancias aparentemente desfavorables así, lo prometió al profeta y sus promesas son para todo el que pueda creer en ellas Isaías 41:10 No temas porque yo estoy contigo, no te angusties porque yo soy tu Dios, te fortaleceré y te ayudaré te sostendré con mi diestra victoriosa.
Si usted está pasando una tribulación le animo a que busque consuelo en la Biblia que no es un libro religioso como muchos juzgan, sino más bien es el libro por medio del cual se hace posible conocer el corazón de su autor abierto en consejos y guía para todo el que quiera caminar tomado de su mano, llevar su yugo es fácil y la carga se vuelve liviana.