1. «Hijo mío, atiende a mis consejos; escucha atentamente lo que digo. No pierdas de vista mis palabras; guárdalas muy dentro de tu corazón. Ellas dan vida a quienes las hallan; son la salud del cuerpo». Prov 4:20-22 NVI
La Palabra de Dios es un depósito de fortaleza y sanidad que se acumula en tu alma para enfrentar la enfermedad cuando se presenta y mantener la salud en el día a día. Cada versículo, cada mensaje, la diligencia en leer, buscar, memorizar y escuchar la Escritura, llena el tanque de la fe proveyendo ánimo y esperanza a tu alma, así como salud a tu cuerpo.
Que haya suficiente materia prima en nuestro espíritu para fortalecer la obra sandora en nuestro cuerpo.
Oramos.
Que la Palabra que ha sido sembrada día a día en nosotros, sea materia prima y fortaleza para nuestra fe, y el Poder con el que enfrentamos a la enfermedad y cualquier otra adversidad.
SANIDAD ante la enfermedad, SALUD para vivir.