Mis hermanos:
Quiero aclarar que siempre estaremos propensos a cometer pecado, pues “no hay justo, ni aún uno justo” (Romanos 3:10), solo Jesús quien “fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.” (Hebreos 4:15). Cuando estés en pecado ve al Trono de la Gracia y pide alejarte de esa práctica pecaminosa. Ten la seguridad de que NO podrás hacerlo en tus fuerzas, ¡implora por un arrepentimiento genuino y apartarte de tal situación!
Hebreos 4:15, 16
Porque no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado, acerquémonos pues, confiadamente al Trono de la gracia para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro»
A veces queremos matizar o disfrazar algunos pecados. El adulterio, chisme, robo, fraude, mentira, murmuración, drogadicción, pornografía o cualquier otro tipo de adicción, como el caso de las bebidas embriagantes. Decimos, por ejemplo, que algunas cosas son “permisibles” como cuando Jesús y sus discípulos tomaban vino ocasionalmente. Pero es de tener gran cuidado de no caer en el extremo de ingerir en abundancia y frecuentemente esta bebida.
También es oportuno recordar que, si tienes tendencia a las bebidas alcohólicas, por mínima que parezca, o has estado en un proceso como el que yo estuve, no bebas ni vino, pues estaremos tocando el manto de la tentación y a ésta debemos evitar y huir de ella.
Considero que no es ¡prudente! ingerir estas bebidas porque tienen alcohol y dañan las terminales nerviosas de nuestro cerebro, afectando posteriormente nuestra conducta y ¡conduciéndonos a la inmisericorde esclavitud!
En Mateo 22: del 36 al 40, los fariseos le preguntan a Jesús cual es el mandamiento más importante de la ley y Jesús les responde: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente” —le respondió Jesús—. Este es el primero y el más importante de los mandamientos. El segundo se parece a este: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. Si nos amáramos a nosotros mismos no beberíamos bebidas con alcohol ni mucho menos ingeriríamos la nicotina que está presente en los cigarros, ya que dañan los pulmones y a los que están cerca de nosotros les afecta doblemente.
Por favor clama sin desfallecer!, no te detengas, derrama tu miseria espiritual, tu necesidad de apoyo de lo Alto, delante del Señor y ten la plena garantía de que encontrarás el oportuno socorro.
¡Embriaguémonos con el poder del Espíritu Santo, con ríos de agua viva y hasta entonces no tendremos sed!
Observa Efesios 5: 15-20
“Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo,
porque los días son malos.
Por tanto, no seáis insensatos,
sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.
No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución;
antes bien sed llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, con himnos
y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones;
dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.”
Nunca olvides que las misericordias de nuestro Dios son NUEVAS cada mañana. Por eso David no dudó en afirmar: “Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes.” (Salmo 27:13) ¡No te desilusiones, ni te rindas, JAMÁS!
Proverbios 28: 13
“El que encubre su pecado no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.”