Es el título de una película y que es candidata a uno de los premios de la Academia de Hollywood en lo que conocemos como el Oscar. Y comenzamos esta columna citando ese filme, que nos enfrenta con la posibilidad de la destrucción de nuestro planeta y, por consiguiente, de la vida humana.
Lo hemos hecho, porque tenemos a la vista, la visita de un asteroide que pasará cerca de la Tierra este martes.
Casi como en la película No miren arriba (pero, afortunadamente, menos serio). El Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA, que monitorea el devenir de objetos celestes “potencialmente peligrosos”, informó que un asteroide de un kilómetro de ancho volará “cerca” de nuestro planeta el 18 de enero.
Es lo más próximo que esa enorme roca, descubierta en 1994 y bautizada 7482 (1994 PC1), estará de nuestro astro en los próximos 200 años, aunque no hay motivo para alarma: pasará a 0,13 unidades astronómicas, es decir, 1,9 millones de kilómetros -unas cinco veces la distancia entre la Tierra y la Luna-. Según el sitio EarthSky.com, este bólido -que se mueve a una velocidad de casi 80.000 kilómetros por hora- no podrá verse a simple vista, aunque es probable que aquellos que cuenten con un telescopio puedan detectarlo en el cielo (Fuente, Periódico La Nación).
La película “Don’t Look Up” o No mires hacia arriba, nos presenta el hecho concreto de un asteroide masivo que sí destruye la vida, aunque los habitantes de este planeta en ese instante, pareciera que estaban más preocupados de la farándula y de “pasarlo bien” en lo que fuera posible…
Me da la impresión, que con amenaza o no, la vida de la presente generación se desenvuelve en una constante actitud de evasión para no tener esos instantes de depresión o de tristeza, que no solucionan mucho, pero que, a lo mejor, fueron una constante para los de la generación anterior.
Y, sin embargo, los que tenemos una fe o una creencia, tenemos otra indicación: debemos mirar hacia arriba, porque allí se encuentra la explicación de por qué vivimos sin encontrar una razón para vivir, y, lo que es más lamentable, sin una explicación de lo que nos espera como personas o como generación.
La cuestión que se nos presenta dice relación con un ser enviado por la divinidad para explicarnos a todos (los que vivieron en su tiempo y a nosotros hoy), que hay un sentido para vivir, si somos capaces de poner nuestra mirada “en las cosas de arriba”.
¿Seremos capaces de sobreponernos a nuestro pesimismo y a las dudas que nos asaltan y mirar una vez más hacia arriba? Es mejor intentarlo, porque de lo contrario nos perdemos muchas explicaciones que le dan sentido a la vida que vivimos todos los días.
(guillermo.serrano@ideasyvoces.com)
