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jueves, noviembre 21, 2024

Y el lazo se rompió

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Ataduras, amarras, nudos, sogas y lazos te podrían estar atando en áreas secretas y 0cultas de tu vida.

Pero no pueden resistir la orden del rey.

No importan los hilos del cual estén hechos, o de la manera en que estén entrelazados, esos lazos pueden podrirse y soltarte.

Hay distintos tipos de lazos que podrían atar tu vida:

Lazos de adicciones y vicios.

De pecados ocultos.

De resentimiento, venganza, raíces de amargura o falta de perdón.

De inmoralidad, lujuria, lascivia.

De homosexualidad, lesbianismo, transexualismo etc.

De maldiciones ancestrales y prácticas generacionales de abominación.

De hechicería, brujería, satanismo, idolatría y ocultismo. Etc.

Su palabra declara que “Él te librará del lazo del cazador”

Si le confiesas a Dios tus ataduras, y renuncias a ellas, serás verdaderamente libre.

Ahora bien, hablemos de otros lazos…

Como, por ejemplo: El lazo del Temor o del miedo. 

Esta no solo es una sensación sino un espíritu que opera en el alma.

Regularmente, el temor adormece las capacidades y paraliza las habilidades.  

No importa cuán excelente sea un atleta, pero si al momento de competir, le da lugar al temor será el último en llegar a la meta.

Muchas habilidades, dones y capacidades que tú tienes, han sido neutralizadas por el poder y la influencia del temor.

Ese miedo que sientes a la hora de ejercer tu llamado, cumplir con tu sueño o vivir tu misión, es el enemigo número uno de tu destino glorioso.

Las voces de tus más grandes fobias, te ministran fracaso, incapacidad, pasibilidad, parálisis, frustración, depresión, tristeza, y un profundo sentido constante de perdida y soledad.

Como puedes ver, el temor y el miedo es una fuente de malos espíritus que te conducen al descenso de un espiral oscuro e interminable de fracaso.

Los miedos establecen límites y bordes en el camino de tu avance.

Las excusas son el disfraz número uno para maquillar el temor.

La falta de interés en emprender nuevas alturas en realidad es la sabana que oculta la luz de tu brillante camino.

El mundo no ha conocido miles de personas mejores que las que hoy son famosas en distintos ámbitos, solo porque son esclavos del temor.  Así que hay mejores futbolistas, actores, músicos, cantantes, etc. Pero nadie

los conoce porque son castigados por sus propios miedos y aplastados por sus propios temores.

Hay gente que Dios le ha dado dones, ministerios, y asignaciones sobrenaturales para esta generación, y aún sigue abajo del almud (mesa) porque les aterroriza saber que estarán arriba para iluminar toda la casa.

Así que la operación del miedo y el temor en los hijos de Dios es la estrategia más vigente, vanguardista y efectiva que satanás usa en el ahora.

Esos espíritus se encargan de asfixiar las intenciones y los sueños que viven en lo profundo del corazón de un hijo de promesa. El temor ahoga la fe de los que han recibido profecías de realizar algo grande para Dios.

Pero en el nombre de Jesús, todo lazo de temor te suelta ahora mismo.

El mundo aun no te ha visto en tu máximo esplendor.

Satanás y sus demonios tiemblan solo al imaginar lo que Dios hará contigo.

Los que nunca creyeron en ti, se rascaran la cabeza diciendo: “En qué momento Dios lo levanto, de donde salió, como hizo para avanzar tan rápido, etc.”

Lo único que puede echar fuera el temor es: El amor.

El récor de la historia en su mayoría se alcanzó por amor.  Es decir que a pesar de las dificultades e incluso pocos recursos, por el amor y la pasión en dicha práctica, alcanzaron y sobrepasaron los límites.   

Así que las cosas que no hemos logrado en la vida son por falta de amor. Porque el que ama, se sacrifica, y rinde todo lo que es y lo que tiene para cumplir su propósito.

El lazo del temor se debe romper.  No te acostumbres a él, no te condiciones a él.  Como aquellos elefantes, la cual, teniendo la fuerza y el poder de romper cualquier cuerda de un solo movimiento, ni siguiera lo intentan, debido a que fueron domesticados desde bebes, y quedaron condicionados a no halar del lazo que los ata, ya que, tras años de intento, al llegar a ser adultos fuertes siguen pensando que es imposible romper la atadura. 

Ese tipo de condicionamientos, tienen el poder de dominar a un elefante con un hilo, es decir que lo pueden atar ligas tan débiles y delgadas, pero él se quedará atado a ella al ver que fue amarrado.  Su gran condena es haberse condicionado a los fracasos de los pasados esfuerzos y nunca más lo volvió a intentar.

Rompe con toda conexión dañina en tu vida y muchas cosas cambiaran…

“A no haber estado Jehová por nosotros… vivos nos habrían tragado… nuestra alma escapó cual ave del lazo de los cazadores; se rompió el lazo, y escapamos nosotros” Salmo 124:2,3 y 7.

La próxima vez que te lances para cumplir tu propósito unos se preguntarán ¿Qué pasó con este, que ahora hace    

proezas? Y otros responderán: La única explicación es que su lazo se rompió.

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