Lucas 17:30-32 “Lo mismo acontecerá el día en que el Hijo del Hombre sea revelado. En ese día, el que esté en la azotea y tenga sus bienes en casa, no descienda a llevárselos; y de igual modo, el que esté en el campo no vuelva atrás. Acordaos de la mujer de Lot”
Si me lo permiten, lectores, vamos a desentrañar un misterio que está escondido en la vida de una mujer de quien no se nos da el nombre, solo su género y posición como esposa de un líder de una ciudad que ardió en llamas a causa del pecado.
Cuando vemos las grandes tragedias en las ciudades en donde mueren cientos o miles de personas aparentemente inocentes, cuando tantos niños son atacados por enfermedades mortales o la violencia se ha entronizado en ellas, uno no deja de preguntarse qué está pasando.
Y el Señor, que es tan bueno y Misericordioso, siempre nos da las respuestas que necesitamos para poder exclamar “¡Qué Justo eres, oh Dios”. Porque su justicia es inapelable. Entonces encontramos este punto: Dios no destruye las ciudades por la abundancia de la gente malvada, las destruye por la falta de justos que intercedan por ellas. Esto es asombroso, y para poder confirmarlo el Señor me llevó a Génesis 18 y 19 donde Abraham negocia con Dios para salvar a Sodoma si hubiera solamente diez justos.
¿Como sabe Dios si hay justos en ese lugar? Me volvió a explicar: Envío una profecía de juicio. Entonces espero ver cuántos de mi pueblo se levantarán y clamarán por misericordia. De ese modo, la misericordia triunfa sobre el juicio (Santiago 2:13). Luego, en el mismo diálogo, me preguntó ¿cual era el nombre de la esposa de Abraham? Sara. Eso indica que ella tenía una identidad apartada de la de Abraham. Entonces fue cuando lo entendí todo. A la mujer de Lot no se le da nombre porque ella vivía su vida al lado de su esposo en Sodoma. Aunque su esposo era un hombre justo delante de Dios, ella decidió vivir su propia vida. Basada en su propio criterio. Si, lo veía leer la Biblia, si, lo veía orar e interceder por su pueblo pero ella tomó la decisión de ser diferente a él. Muy exagerado.
Es por eso que, cuando el Señor envía fuego y azufre sobre esas ciudades, la mujer de Lot se convierte en sal. ¿Que es la sal? Es un preservante. Ella sabía que viviendo una vida de intercesión y espiritualidad como la que vivía su esposo, los dos serían sal para su ciudad.
Entonces entendemos que el hecho de que su cuerpo se convirtiera en una estatua de sal era una metáfora profética del rol que ella tendría que haber jugado en la ciudad. Porque Lot y su esposa eran “la sal” o el conservante de Sodoma. A causa de ellos, la ciudad no debió haber sido consumida, por eso ellos tuvieron la oportunidad de escapar del juicio cuando el Señor al final dictó soltar fuego y azufre.
La esposa de Lot decidió ser “sal” en el ultimo momento y el juicio la alcanzó. Tomó una mala decisión: ya no era el momento de preservar lo que tuvo que haber hecho antes que llegara el juicio de Dios. La mujer de Lot no salió cuando el Señor se lo permitió.
En otro pasaje, en Jeremías 5:1 hay otro testimonio de lo que estamos hablando: “Jeremías 5:1 “Recorred las calles de Jerusalén, y mirad ahora, e informaos; buscad en sus plazas, a ver si halláis algún hombre, si hay quien haga justicia, que busque la verdad, y yo la perdonaré.”
Y, para terminar de citar testimonios, me viene otro a la mente: Ezequiel 22:30 “Busqué entre ellos alguno que levantara un muro y se pusiera en pie en la brecha delante de mí a favor de la tierra, para que yo no la destruyera, pero no lo hallé”
Amigos: estamos a la puerta del Gran y último avivamiento. Hoy más que nunca la Iglesia del Señor debe cuidar mucho su conducta, su estilo de vida, la forma en que desarrolla sus cultos, la alabanza y la adoración que le pertenecen al Señor. Hoy más que nunca la Iglesia del Cordero debe guardarse sin mancha ni arruga ni cosa semejante. El ministerio de intercesión es necesario y urgente porque estamos viendo como los gobiernos se están preparando con armamento letal para enfrentarse unos contra otros. La Iglesia no puede estar dormida porque el Señor está buscando justos que se pongan en la brecha para que Él no tenga que destruir a uno que otro asistente a la congregación. Acordémonos de la mujer de Lot.