Ser empresario debe de ser sinónimo de servicio a los demás, de tener responsabilidad empresarial, social y compromiso con el cuido del medio ambiente; así se expresa el emprendedor José Andrés Hernández, como salvadoreños y sobre todo como cristiano debemos hacer una profunda reflexión sobre el modelo económico salvadoreño, Un empresario debe siempre impulsar un modelo económico que ayude en el desarrollo humano, económico y social.
¿Cómo debe de ser el nuevo modelo económico?, basado primeramente en principios de justicia social, que tiendan a asegurar a todos los habitantes del país una existencia digna del ser humano, como lo dice La Constitución.
¿Cómo construir un modelo basado en la justicia social y en la dignidad de la persona humana? Esté no es solo un reto de cualquier gobierno de turno sino un reto para todos; El empresario cristiano debe de tener presente en todo momento que sus actos no ofendan a Dios; señaló además que, para que el modelo económico en El Salvador, cumpla con el mandato de justicia social y dignidad de la persona humana, la clave esta precisamente poner al ser humano en el centro de la actividad empresarial, al que se le reconozcan sus Derechos, se trate con respeto y no como objeto comercial.
Cualquier modelo económico busca el lucro, eso esta bien, lo que no puede ser visto por los cristianos como bueno, es la explotación de la clase trabajadora para conseguir ese fin; se necesita construir una ética cristiana que nos recuerde a los empresarios, cual es el propósito de lo que Dios nos ha confiado aquí en la tierra, no es una tarea fácil somos instrumentos utilizados por Él, para impulsar el desarrollo humano, social y económico que ayude a generar ingresos para las familias de nuestros trabajadores, para la comunidad y para el país.
Debemos ser los arquitectos de la construcción de un nuevo modelo económico, fundamentado en principios y valores cristianos, un modelo que sea incluyente, no excluyente, que permita de manera acelerada y sostenida la transformación de casi el 80% de la población económicamente activa, en el cual se apueste a la generación de empleos, se apoye a los emprendedores a los micro, pequeños y medianos, sobre todo cuando estos son mujeres madres solteras, jefas de hogar que con su trabajo dinamizan la economía. Un modelo que apoye a estos sectores vulnerables con incentivos suficientes de manera que logren realizar sus sueños en este país, sin tener que emigrar a otros países, que contribuya a mejorar sus ingresos y su nivel de vida por medio de la seguridad social y la bancarización, que los aleje de la explotación de la usura.
En conclusión un modelo donde prevalezca el amor al prójimo, con principios y valores que ayude a las futuras generación y creación de un mejor El Salvador, en el cual se rompan los paradigmas y las desigualdades sociales como la pobreza, la exclusión social en la que ya no permiten el trabajo a los mayores de cuarenta años, a las mujeres embarazadas, a las personas con discapacidad, a los enfermos, a las personas que habitan en lugares considerados como “peligrosos”. Este debe ser gran reto de un empresario Cristiano. Porque no hay mayor obra social que generar fuentes de empleo. Finalizó