Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará? (Números 23:19).
Finalmente decirte que la gran bondaddel Señor y misericordia, dio a mi familia una nueva oportunidad. Él “me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.” (Salmo 40:2), y me ha dado lo necesario para poder vivir libre de deudas.
Mientras tengas vida, ora y clama, confía en Dios, ten fe y nunca dejes de actuar y luchar de la mano con Dios.
Te comparto estos consejos que Dios me permitió aprender durante este duro proceso:
-Clama por guía y dirección pidiendo siempre y primeramente la intervención del Espiritu Santo
-Ora para que Dios te guié en pedir consejo a un Pastor, líder. El Señor te llevará a la persona correcta, pero por favor antes ORA
–No trates de imitar, ni codicies la vida de otros, enfócate en la tuya.
–Abandona estilos de vida que no te correspondan, vive según tus ingresos.
–Lee libros de Administración Financiera, con enfoque cristiano principalmente.
–Planifica bien tus finanzas. Debes fielmente ajustarte a un presupuesto y no salirte del mismo. ¡NUNCA COMPRES POR IMPULSO!
–Busca como desarrollar diferentes fuentes de ingresos, para no depender de una sola.
–Honra tus deudas, paga siempre hasta el último centavo.
–Repórtate a tus acreedores, para llegar a un acuerdo
–Nunca te des por vencido, sigue buscando, trabajando, continúa moviéndote, no seas perezoso.
–Evita la negligencia y falta de excelencia en el trabajo que Dios te ha permitido realizar.
–Si no cuentas con trabajo, vuélvete emprendedor, Dios nos ha dado a todos muchas destrezas, capacidades. Identifica qué cosa o servicio haces bien y ¡manos a la obra!
–Trabaja en tu autoestima y la de tu conyugue (si eres casado) ya que se deteriora en momento de crisis financiera.
–Desarrolla sistemáticamente el hábito del ahorro.
-Si estas casado, anima a tu cónyuge a superarse y apoyarte en la búsqueda de fondos, buena administración de las finanzas y cultivo del ahorro.
-En el caso que seas Empresario o tengas tu negocio, no mezcles los diferentes presupuestos, establecidos para diversos rubros. En especial, no mezcles los fondos del hogar con los de la empresa o negocio y viceversa.
-Debes aprender aprende a ser agradecido con Dios y con quienes el Todopoderoso ha permitido que te ayuden.
-No dejes de compartir tus bendiciones con los más necesitados, ¡siempre hazlo, todo el tiempo da al necesitado!, siempre habrá personas en peores condiciones que tú. No caigas en la codicia enfermiza de la acumulación del dinero. ¡Ahorra, pero siempre ayuda!
¡Nosotros debemos de hacer lo posible, haciendo nuestro 100%, y Dios hará lo imposible!
No desmayes, no te canses de clamar, pide obediencia para andar en Él y, sobre todo, hecha a andar tú fe, cree, sigue adelante, aun cuando las cosas se pongan peores. Ve al Señor, pues “Dios no es hombre, para que mienta.
Con amor de Cristo,
Helen de López