Cuando el Papa Francisco dijo, al salir de Canadá, que cree que lo que sucedió en las escuelas residenciales de este país equivalió a un genocidio, lo que muchos pueblos indígenas de todo el país escucharon fue un reconocimiento largamente retrasado de una verdad obvia.
Ghislain Picard, jefe regional de la Asamblea de las Primeras Naciones para Quebec y Labrador, dijo que los comentarios del Papa, que hizo durante su vuelo de regreso a Roma al final de una gira canadiense de seis días, son una señal de progreso.
Durante los viajes del Papa a Canadá, que duraron del 24 al 29 de julio, visitó Alberta, Quebec y Nunavut. En el camino, hizo varias disculpas por el papel de los católicos en los daños en las escuelas residenciales de Canadá, alrededor del 60 por ciento de las cuales fueron administradas por la iglesia.
Tristes y sombrías las explicaciones del jefe de la Iglesia Católica Romana ante el abuso sistemático de infantes, todos ellos indefensos, separados de sus familias y carentes de derechos -como los que hoy se estilan para todas las personas- en un espacio de tiempo que es demasiado: ¡un siglo!
Los niños indígenas que asistían a las escuelas, que funcionaron durante más de un siglo, fueron separados de sus padres y comunidades y se les prohibió hablar sus idiomas nativos. A veces eran abusadas física o sexualmente. El Centro Nacional para la Verdad y la Reconciliación mantiene un registro de más de 4.000 niños que murieron en las instituciones o después de asistir a ellas. (Fuente: The Globe and Mail, Toronto, Canadá).
¿Por qué se dan tantos escándalos en el mundo religioso, que en teoría solo busca el beneficio del ser humano, para llegar al abuso directo y sin tapujos?
¿Y por qué se da mucho abuso que se echa al bolsillo el 7º. Mandamiento (¿ignorando también el 10º Mandamiento? Y esto no es privativo solo de la Iglesia Católica Romana. No, es un fenómeno universal que echa por tierra cualquier ordenamiento moral. En las distintas expresiones de la religión cristiana se enseña la defensa de la vida, no la explotación de la misma ni tampoco el abuso.
¿Ha llegado tarde la Iglesia Católica Romana para dar sus excusas? Probablemente 100 años tarde. Pero tan tarde como eso, han llegado otras iglesias “cristianas” ocultando sus hechos de corrupción, de maltrato a sus miembros (especialmente el abuso a las mujeres), de estafas financieras y algunas de ellas millonarias.
Quizá llega el tiempo de sanar a la religión cristiana. Para que sea creíble, para que los jóvenes vuelvan a las iglesias, para que todos los “negocios” de la religión sean transparentes. Y para que se vuelva a defender la vida, especialmente la vida de los niños. Después de todo, fue Jesucristo, fundador de una religión que dijo que aquellos que hicieran caer a un niño de su fe, le valdría mejor hundirse en lo profundo de la mar.
(guillermo.serrano@ideasyvoces)
