Basado en Génesis 41
Las promesas que saludó Abrahán, yo las voy a abrazar… Y mis hijos las van a celebrar.
Quiero decirte que no fuiste planificado por tus padres, pero si fuiste planeado por Dios, estuviste en el cielo, en la mente de Dios.
Tu primer recuerdo es irrecordable… Esa información quedó en tu alma, y en tu espíritu. Por lo cual la escritura dice: “Mi embrión vieron tus ojos”.
¿Extrañas a tu padre? Eso es debido a que tienes IDENTIDAD CELESTIAL. Cada vez que estás en la casa de Dios y sientes su presencia: lloras, esa es la expresión de los recuerdos del alma, tu alma siente un ambiente familiar, es decir que te sientes en casa.
Y es que cuando te viniste del cielo, dejaste tu cuarto vacío. Así que el padre te extraña y tú lo extrañas. Por eso Jesús dijo: “En la casa de mi padre muchas moradas hay”, es decir, muchos cuartos hay…
Y por eso se enlaza la palabra cuando dice: “Más tu cuando ores, entra a tu aposento (cuarto) y cierra la puerta, y ora a tu padre que te ve en lo secreto”.
Pero debes recordar que no debes alterar tus ciclos Proféticos… Porque cada uno tiene un alumbramiento distinto.
Ciclos de felicidad, y ciclos de soledad… Ciclos de fertilidad y ciclos de esperanza.
No seas impaciente, tu destino profetizado llegará, recuerda que el vino, entre más tiempo pasa, más vale. Y así mismo la sangre de un procesado se añeja mientras pasan los años. Es decir que tu esencia aumenta de calidad debido a la trayectoria del camino. En el caso de Abrahán, pasaron los años y la promesa no venía, el ciclo de espera no se terminaba, parecía interminable, pero lo que pasó, es que con el paso de los años el padre de la fe, estaba añejando sus genes. Y es que no hay fecha de vencimiento para la promesa, la demora no retrasa el calendario de Dios, sino que se aproxima cada vez más.
Si eres hijo de promesa, tú tienes genes de promesa, genes brillantes como las estrellas, genes proféticos de fe, pero nunca olvides que las promesas que están en tu alma se deben añejar… No dejes que el tiempo de espera te desespere, sigue confiando en aquel en quien te hizo lo promesa, porque él la cumplirá.
Un día Dios le dijo a Abrahán: “CUENTA las estrellas”, y esa noche, Dios preparó, las mejores estrellas para que las viera Abrahán, así que él presenció en realidad una exhibición estelar y le dio: la más hermosa de las estrellas que vio esa noche, la cual fue su hijo Isaac.
Así que disfruta el ciclo en el que estás, adquiere experiencia y trayectoria. Vendrán las canas necesarias para entrar a tu nuevo ciclo, pero hoy por hoy quizá te falten marcas, o algunas arrugas, que en realidad aun no las has adquirido.
A la vista de todos quizá Abrahán cada vez estaba desfasándose más para llegar a ser padre, pero Dios piensa diferente.
Ya que sin importar que su espalda se arqueara, cuando cargó a Isaac por primera vez, su columna torcida se le enderezó, y alzó al cielo a su muchacho con la fuerza de un joven…
Lo que Dios no quiere es que vayas a echar a perder las bendiciones que te preparó de antemano para que anduvieses en ella, confía en que vienen noches felices para tu familia.
A PEDRO: le cambió el ciclo de la noche a la mañana, hubo horas oscuras, pero vino el alumbramiento, Dios le dijo: “Te voy a hundir de éxito”, y tuvo que compartir… Así que no te estás hundiendo para ahogarte sino para bendecir a otros. Tal y como Pedro paso de ser dueño, a ser proveedor comercial. Así Dios te dará suficientes razones para celebrar.
Considera los siguientes principios:
- “Antes de ser exitoso debes ser un soñador”.
- “Los milagros de hoy, te recordarán los sueños de ayer”.
- “Aunque tu nombre sea pequeño, tu nombramiento será muy grande”.
Tú serás un facilitador de procesos. Es decir que ayudarás a que otros entiendan las temporadas de su vida.
Así que declara y confiesa con tu boca lo siguiente: “A mí no me va mal, a mí siempre me va bien”, porque a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien.
Por lo tanto, lo que parece una tragedia en realidad es una oportunidad para conectarte con nuevas personas.
Y la verdad de todas las cosas es que los soñadores son conectados unos con otros a través de procesos.
Así que BIENAVENTURADOS los que te conocen… Tú eres un regalo de Dios en la tierra… Porque le darás a otros lo que Dios te ha dado en medio de los procesos.
“Yo no quiero a alguien que hablé conmigo, yo quiero a alguien que me interprete los ciclos Proféticos… Bienaventurado seré en conocerlo”.
No importa a donde estés, sino con quien estés…
Somos compatibles en promesa… Somos compatibles en sueños… Somos compatibles en lenguaje profético… Juntos celebraremos, juntos soñaremos, y juntos veremos el nacimiento de todas las promesas…