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jueves, marzo 28, 2024

Houston, tenemos un problema

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La frase del título viene de la película, cuando Tom Hanks detecta la situación que hacía casi imposible regresar con la nave espacial Apolo 13 a la tierra.

Y hoy, el planeta tiene no uno, pero varios problemas. Veamos: el calentamiento global, que, avecina cambios catastróficos para el sufrido planeta que habitamos (y la posibilidad de emigrar al planeta Marte, está aun muy lejana…); la contaminación del aire, los alimentos y de todo lo que necesitamos para subsistir como género humano; los conflictos nacionales y regionales que degeneran en guerras, a veces fratricidas; la posibilidad que este sea mi último articulo si es que llegamos a una conflagración nuclear…

Y por si esto no fuera suficiente, aparece el el informe de este año de la Fundación “Goalkeepers” de los filántropos, Bil and Melinda Gates (que han donado miles de millones de dólares para paliar algunos de los problemas que nos generamos los seres humanos)”

“En el 2015, 193 líderes mundiales acordaron 17 objetivos ambiciosos para acabar con la pobreza, luchar contra la desigualdad y detener el cambio climático para el 2030. Goalkeepers se centra en acelerar el progreso hacia la consecución de los Objetivos Globales, enfocándose especialmente en los Objetivos del 1 al 6.

Siete años después, el mundo no está encaminado a alcanzar prácticamente ninguno de estos objetivos. Pero el fracaso puede ser evitado si cuestionamos todos juntos nuestras suposiciones en cuanto a cómo lograr el progreso global.

Necesitamos cambiar nuestro enfoque de pensar sobre el hambre en el mundo. La guerra en Ucrania demuestra que el hambre no se puede resolver solo con ayuda humanitaria. Se requieren inversiones enagricultura.

En febrero, la invasión rusa de Ucrania interrumpió el transporte de semillas desde Europa hasta África, creando otra crisis humanitaria en un segundo continente.

Catorce naciones africanas dependían de Ucrania y Rusia para el abastecimiento del 50 % de su trigo. Esos envíos fueron cancelados y la contracción de la oferta hizo que el precio del trigo de sustitución se disparase a su nivel más alto en 40 años. Finalmente, los precios empezaron a reducirse en mayo, pero mientras tanto, se dieron las circunstancias idóneas para generar una hambruna moderna. Los líderes mundiales dieron la voz de alarma y pidieron que se enviaran inmediatamente ayudas económicas y alimentarias a los puertos subsaharianos.

Incluso antes de la guerra en Ucrania, la ayuda alimentaria se había disparado, y se calcula que seguirá aumentando hasta finales de esta década”.

El informe de la fundación, tiene unas 50 páginas (y si alguien quiere leerlo, se encuentra en: https://www.gatesfoundation.org/goalkeepers/downloads/2022-report/2022-goalkeepers-report_es.pdf).

Pero hoy, queremos detenernos en esta primera parte que habla de la necesidad más básica que tenemos los seres humanos: la alimentación. Porque sin ella; sí, sin la alimentación, no existe la vida, así de simple.

Y los políticos del mundo, se habían propuesto en eliminar el hambre y los niveles de pobreza en ¡cinco años en el 2015! Pero podemos comprobar, que se trataba solo de discursos y que el acuciante problema del hambre nos persigue en varias regiones del mundo. Ya no basta con esos conciertos “a beneficio”, con esos caros artistas, como los que nos fascinaron en 1985, cantaban y decían que “todos éramos el mundo”.

A los 150 millones de los refugiados e inmigrantes que se agolpan a las puertas de los países más desarrollados del mundo, tenemos que sumar los otros cientos de millones de hombres, mujeres y niños, que no puede pagar a los traficantes de seres humanos y que subsisten en todos los países, esperando un milagro, para aquella comida que puede llegar, o la muerte si ese milagro no se produce.

Los filántropos del mundo pueden donar toda su fortuna, y aun así no será suficiente, si no hay un cambio en la mentalidad de los que tienen el poder político en todos los países y si en lugar de terminar con su carrera armamentista, dedican esos miles de millones de moneda dura para terminar con el hambre, proveer de trabajos dignos, curar el cáncer y darles una vida digna a todos sus habitantes.

Pero, claro, para eso se necesita cambiar el corazón de media humanidad, como lo dijo alguien, hace unos miles de años, poner un corazón de carne en el de piedra que se había criado en el ser humano.

(guillermo.serrano@ideasyvoces.com)

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