La esperanza es descrita como el estado de ánimo en el cual se cree que aquello que uno desea o pretende sea posible. Un ejemplo de este concepto puede ser planteado de la siguiente manera: alguien que este enfermo, pero tiene esperanza que va recibir la sanidad que su cuerpo necesita. ¿Qué sucede cuando esto no ocurre?
Es posible que reaccionemos molestos, porque teníamos, fe de que un milagro sucediera y nada paso, ante esto debemos de recordar que Dios no está obligado a satisfacer todos nuestros caprichos, que el es Dios y actúa conforme a su voluntad, eso si, la voluntad de Dios siempre será agradable y perfecta para nuestras vidas. (Romanos 12:2).
Existe, además, la posibilidad de que, ante una situación no resuelta a nuestro favor, cuando las cosas no salen como nos esperábamos, ante ese escenario hay quienes se apartan de la fe cristiana, en ese sentido hemos visto muchas personas que se van de la iglesia, pero mas que eso terminan molesto con Dios, porque según ellos no merecían lo que les paso. Si este es el caso recordemos que Dios no pierde nada, que el sigue siendo el mismo de ayer y por todos los siglos, los que perdemos somos nosotros porque separados de el no somos nada. (San Juan 15:5)
De manera que ante una situación difícil que nos toque enfrentar en la vida, en lugar de desalentarnos, debe de enseñarnos a depender de Dios cada día, a confiar plenamente en el aun cuando las cosas no sucedan como nosotros las esperábamos, debemos de aprender a confiar en Dios así como el hijo confía en el padre, nosotros debemos de confiar en nuestro Padre celestial, el tiene pensamientos, de paz, de bien para cada uno de nosotros. (Jeremías 29:11)
Dios y actúa conforme a su voluntad, eso si, la voluntad de Dios siempre será agradable y perfecta para nuestras vidas. (Romanos 12:2)
Miguel Perdomo / Supervisor Nacional IDES