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jueves, abril 25, 2024

Muerte: Hasta que llegaran más municiones

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Me demoré más de lo esperado en escribir este artículo, esperando nuevas revelaciones, o, por menos, nuevos planes en el conflicto ruso-ucraniano que, a un año de comenzado, no parece ir hacia un final, o por último, a un arreglo que soluciones las diferencias.

Sin embargo, tuve que escribirlo y con la declaración anterior (la del título) que corresponde a Zelenski, el presidente ucraniano ante una pregunta de un periodista, “ya que no podía lanzar una contraofensiva militar contra los rusos, hasta que llegaran más municiones…”

O sea, que aquellas se están acabando: y los países que producen municiones están de plácemes. Porque se inyectará más dinero a sus economías.

Mientras tanto la cultura del nihilismo (El nihilismo (del latín nihil, «nada») es una doctrina filosófica que considera que al final todo se reduce a nada, y por lo tanto nada tiene sentido. Rechaza todos los principios religiosos, morales y gnoseológicos, a menudo fundamentándose en la creencia de que la vida no tiene sentido, de que no existe una deidad, puesto que la naturaleza y el universo son indiferentes con el ser humano, sus valores y su sufrimiento, de que no existe un fin último teleológico en presencia de un orden divino toda vez que Dios ha muerto, de que no hay una verdad absoluta y de que la realidad es aparente. El nihilismo suele presentarse como nihilismo existencial, forma en la que se sostiene que la vida carece de significado objetivo, propósito, o valor intrínseco.​ El nihilismo se puede considerar crítica social, política y cultural a los valores, costumbres y creencias de una sociedad, en la medida en que estas participan del sentido de la vida, negado por dicha corriente filosófica).

Nos hemos valido de la buena definición de la Wikipedia para decir hoy con todas sus letras que nos encontramos hoy por hoy ante la negación de valores morales o éticos que pueden justificar las guerras, los genocidios y hasta los crímenes que asolan nuestras ciudades, ante la indiferencia de ciudadanos, autoridades y hasta de las religiones, el cristianismo incluido.

Hemos -en estos artículos- hablado de los 4 jinetes del Apocalipsis porque después del hambre, las plagas, la guerra, viene la muerte. Y quizá estemos muy cerca de la aniquilación total de la especie humana ante los sueños locos de líderes que se creen con el derecho de decidir sobre la vida o la muerte de los demás, solo porque conviene a sus intereses, sin descubrir -aún- que cuando corten la única rama del árbol, ellos también caerán al vacío de la inexistencia…

Nosotros creemos -por aquello del optimismo que nos consume- que habrá una salida pacífica a las guerras y rumores de guerra que se repiten cada 20 años. Porque no queremos morirnos para obedecer -cual marionetas- a los dictados de los locos que nos gobiernan. ¿Será posible que ese optimismo nos ayude? Si no es así, tendremos que decir con el personaje aquel, creado por Chespirito: ¿Y ahora, ¿quién podrá salvarnos?

(Guillermo Serrano en Ideas y Voces)

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