Por: Juan Carlos Hasbun | Pastor de Iglesia Cristiana Kemuel
La dinámica de la iglesia siempre debe estar dirigida por el Espíritu Santo, en cuanto a los tiempos y los procesos, los procesos incluyen actividades, entre semana y en especial cada domingo, las iglesias tienen sus celebraciones, y eso nos permite movilizarnos en el accionar evangelístico, discipulador, intercesor, y otros elementos como la acción social, entre otros.
Es muy importante para todo líder religioso no dilapidar esfuerzos, sino este año poder considerar enfocarse en iniciativas que sumen al crecimiento espiritual de nuestras congregaciones.
Los 7 meses que la iglesia estuvo cerrada a causa de la pandemia, abrió una brecha importante, a tal punto, que muchas cosas que antes eran importantes o relevantes, dejaron de serlo, se marcó una nueva forma de escribir la historia de la iglesia cristiana evangélica, al volver a retomar la tarea de forma presencial, se visualizó una nueva forma de hacer las cosas, en la cual se quitaron cargas innecesarias y se generó un compromiso con las oportunidades, creyendo o apostándole con mayor intensidad a áreas que antes estaban relegadas, áreas que habían solo quedado en el tintero, pero que en la práctica no se invertía todos los recursos necesarios que se debía para su correcto funcionamiento.
Un enfoque importante es la niñez, debe dejar de ser una iglesia paralela y debe convertirse en una prioridad para todos los ministerios, en cuanto a la capacitación y la metodología para enseñar Biblia a nuestros niños, cada quien determina la forma de implementación, lo importante es tener claro que el nivel de prioridad de trabajo y desarrollo con la niñez, es alto.
Otra prioridad importante es la familia, se deben trazar actividades que no nos desgasten emocionalmente, que traigan propósito y que involucren a la congregación, no solo a servidores o liderazgo, sino también a aquellos que llegan a las distintas celebraciones, y generar actividades que involucren a la familia completa y les permita ampliar su vinculo de hogar a la iglesia. Es necesario ir más allá de la realización de cultos, y crear espacios que cuenten con actividades que le permita a toda la familia junta compartir, y de ser posible acercarse más o fortalecer su unión, en este punto es válido las capacitaciones, pero se necesita un equilibrio con el esparcimiento, siempre se crea actividades para niños o para jóvenes, pero no para toda la familia, de ahí la necesidad de implementar estrategias para su unificación.
La niñez y la familia son prioridad, estos pensamientos, son ideas que propongo al liderazgo, para que puedan ser tomadas y ejecutadas. Es de carácter imperante concentrar esfuerzos para su crecimiento, esto traerá consigo grandes beneficios no solo para la iglesia, sino para esta y la siguiente generación de cristianos, así como el impacto que estas acciones traerán para la sociedad en su conjunto.