Vía: Global News Alliance
Un hombre de negocios en un viaje misionero pidió un vaso de agua y descubrió una realidad inquietante: la mayoría de la gente en el mundo no tiene acceso a agua potable. En ese momento, Chris Beth oyó al Señor hablarle por primera vez en su vida. Diez años después, su ministerio ha hecho posible que 250.000 familias tengan agua potable.