Desde el Éxodo, donde encontramos a Moisés llevando al pueblo de Israel las tablas de la ley, para que pudieran recordar todos los días cuáles eran los mandamientos que Dios dictaba para ellos, hasta los días del apóstol Pablo, escribiendo cartas con consejos y amonestaciones a los hermanos en la fe, la necesidad de comunicar ha estado implícita a lo largo de la historia.
Narrar los hechos es un arte que se nutre de la investigación, el orden de los elementos recabados y la estructuración del contenido que se quiere o debe reflejar al público.
La Prensa Cristiana existe para exponer el trabajo de la iglesia evangélica, siendo una institución periodística que está compuesta por un crisol de pensamientos, amalgamados por un mismo propósito.
Cristo es el motivo, los pastores los embajadores, y nosotros somos el medio de comunicación a través del cual se habla del motivo en labios de los embajadores.
Por más de una década y media he visto el evangelio a través de la lupa del periodismo, debo decir que son lentes privilegiados que arrojan un carácter y forma de interpretación muchas veces distantes de lo convencional, pero a la vez vislumbra una enorme responsabilidad en ser meticulosos en él abordaje, desempeño y divulgación del contenido, pensando que a la Iglesia Evangélica se debe acobijar con delicadeza sus bemoles, proyectar con elegancia sus avances, e impulsar engranajes que a veces necesitan un poco de aceite para funcionar sin tanto rechinar.
La posibilidad de existir de forma física a través de una producción impresa y de forma virtual a través de una plataforma digital, nos permite convertirnos en un puente entre la generación de la iglesia que está viviendo años dorados y la generación que apenas está rayando el alba, nos permite poder honrar a los que por décadas han servido a Dios y han decidido hacerlo por el resto de sus días y también poder contar de ellos a la generación que viene en sucesión, para dotarles con insumos que faciliten su progreso y que pueda servirles como guía, historias de fe que pueden fortalecerles en momentos de penumbra.
No ignoro los desafíos a los que nos enfrentamos, entre los que destacan trascender de la implícita función de informar y entretener, para lograr educar y edificar, sin embargo, no dudo que el hecho de poder ser parte y exponer la historia de la Iglesia Cristiana Evangélica salvadoreña, nos coloca en la dirección correcta hacia la oportunidad de continuar por caminos ya explorados y conocer otros que aún no han sido descubiertos.
Entonces ¿Cuál es la importancia del periodismo al servicio del evangelio?
El periodismo al servicio del evangelio:
1. Habla de Dios en un lenguaje entendible para quien no conoce de Dios, utilizando como base las diferentes técnicas de redacción.
2. Da a conocer la labor de la iglesia evangélica en un idioma que no la divide o desune, sino que la proyecta como un actor social confiable en la sociedad.
3. Profundiza en el que hacer de los diferentes ministerios cristianos y pone en escena el ADN con el cual han sido concebidos y el impacto que generan a su entorno.
4. Amplia el criterio a través de la exposición de diferentes aristas, dotando a las personas con herramientas que expanden sus conocimientos.
5. Aporta insumos que permiten al lector defender su fe ante posibles amenazas.
6. Permite generar empatía entre personas, u organizaciones, creando vínculos por afinidad a través del conocimiento de otros que están realizando el mismo esfuerzo por comunicar acerca del evangelio.
7. Amplifica el mensaje acerca de Cristo a través de una reflexión o un artículo de opinión desarrollado por un pastor o líder religioso.
Es grato saber que, con el paso de los años, La Prensa Cristiana se ha convertido en un difusor del mensaje de la iglesia evangélica para el mundo secular y en un punto neutro para facilitar acercamientos entre personas e instituciones cristianas.
En resumidas cuentas, la importancia del periodismo al servicio del evangelio es que anuncia de una forma distinta las buenas nuevas.