“Escucharé lo que hablará Jehová Dios; porque hablará paz a su pueblo y a sus santos, para que no se vuelvan a la locura.”
Salmos 85:8
¿Cuál es tu escala de valores?
¿Qué o quienes tienen el primer lugar de importancia en tu vida?
¿Es Dios? ¿Es una persona amada? ¿Eres tú, o es un vicio, o adicción que absorbe tu tiempo, y tu vida una y otra vez?
Todo lo que hacemos y a lo que demos importancia fuera de lo común, son nuestras prioridades.
Mientras que aquellas cosas que no realizamos o las dejamos de hacer, no son nuestras prioridades, y consideramos que hay cosas más importantes que esas.
Así que ¿Cuáles son tus prioridades?… hay cosas que no son tan importantes en realidad, pero en tu mundo tienen el suficiente valor como para pasar por encima de lo más importante que es el tiempo con Dios.
Arregla ya esas locas prioridades, que lo único que hacen es desordenar aún más tu vida.
Las locas prioridades son aquellas cosas en la cual te enfocas y sin darte cuenta pierdes más de lo que deberías de ganar.
NO VALE LA PENA, has del tiempo con Dios, tu prioridad número uno. Y deja hasta el final cada una de esas locas prioridades.
Le damos tanta importancia a lo que no es eterno; que, por culpa de lo temporal, perderemos lo que perdurará por siempre.
El desorden de prioridades, añade locura a nuestro andar diario.
¿Cómo identificamos esas locas prioridades?
- Las prioridades eternas nos dan paz, y las pasajeras nos dan estrés.
- Las prioridades que valen la pena nos hacen crecer, y las que no tienen valor, nos estancan.
- Las prioridades sanas son un imán de bendiciones, las equivocadas nos dañan y alejan de las ganancias y victorias.
- Las prioridades correctas ordenan nuestra vida, las corruptas nos ponen de cabeza.
Dios en su palabra, con un solo versículo, nos da el antídoto perfecto para ordenar esas locas prioridades. No existe otra forma, ni formula, ni manera para traer orden a nuestra vida:
“Más buscar primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas esas cosas os serán añadidas.” Mateo 6:33
¿Ves?
La gente se vuelve loca por las añadiduras, porque su prioridad no es el Reino de Dios. La paranoilla social, y el pánico financiero viene porque las añadiduras se volvieron prioridad.
Mientras que todas las cosas de la tierra vienen por si solas, al priorizar el señorío de Cristo sobre nuestras vidas.
Todos estamos conscientes de eso, pero la tentación por lo temporal y por lo terrenal, nos contaminan de una locura incontrolable; hasta el grado de no pensar en las consecuencias eternas. Dios siendo tan bueno y fiel, no lo buscamos como primer lugar.
“¿Así pagáis a Jehová, PUEBLO LOCO e ignorante? …” Deuteronomio 32:6.
Solo en Cristo encontramos la sensatez necesaria, para salir de las locas prioridades de la tierra.