Por: Pastor Juan Carlos Hasbun | Iglesia Cristiana Kemuel
Siempre he creído que se debe impulsar, no bloquear a las nuevas generaciones, y esto como un punto de honor en el cual como lideres religiosos nos compete enseñar principios y valores, aquellos que son eternos, y que, al ser inyectados en sus corazones, cobrarán vida en cualquier etapa de su crecimiento, siendo herramientas o instrumentos para momentos trascendentales. El más importante legado, y la semilla que mayor fruto va a dar en el corazón de un niño o de un joven, es la semilla del evangelio, guiarles por los senderos de la palabra de Dios, es garantizar que aún en extravíos, sabrán retornar.
«Dejad que los niños vengan a mí», aunque la escuela bíblica moderna en su enseñanza posee infinidad de métodos y se mantiene en constante cambio, pertenezco a la generación de las bancas, nunca subestime el poder que tiene el mensaje de las escrituras, aunque pareciera que no están concentrados, y por sus etapas de desarrollo el ser inquietos es parte de su ser, sus oídos están atentos a escuchar: «la fe viene por el oír, y el oír por la palabra de Dios», no establezcamos barreras que desmeriten el trabajo por clasificar el entorno.
Sumado al esfuerzo que la iglesia local realiza, hoy existe una serie de organizaciones para eclesiásticas, o ministerios que están concentrados en llevar valores a centros educativos, su trabajo refuerza la enseñanza que desde las iglesias se hace, y afirma los pasos para las nuevas generaciones, estás enseñanzas son difundidas por personas que por su llamado, se han dado a la tarea de ir, lugar por lugar, tanto en centros educativos públicos y privados, para a implementar programas de seguimiento y capacitación que permiten a los niños y jóvenes afirmar sus convicciones, también aquellas organizaciones que posterior a sus estudios en espacios de iglesias han implementado programas para fortalecer las destrezas de los niños, y no han hecho una selección apegada a la fe de los padres, sino que han abierto sus espacios para el crecimiento de todos, siendo una ventana hacia la vida cristiana y una puerta hacia el crecimiento profesional. Además, una de las grandes apuestas que la Iglesia Cristiana Evangélica Salvadoreña, en atino por el trabajo para las nuevas generaciones, implícito en su ADN, es la existencia de colegios cristianos y universidades, otorgando la capacidad de formar en la adquisición del saber a los niños y jóvenes, pero de la mano con principios cristianos. En ocasiones, he escuchado expresiones que contrastan con la realidad de las nuevas generaciones, que van en apego a la falta de comprensión hacia ellos, expresiones como estamos ante una generación que se está distanciando de Dios, y eso por supuesto no es real, porque nos encontramos ante una de las generaciones con mayor profundidad de criterio para interpretar a Dios, que ha encontrado la manera de descifrar el idioma en el que se debe comunicar a su entorno y promulgar su fe; que no hagan las cosas como nosotros aprendimos, no los distancia de su relación con Dios, hoy nos toca a nosotros impulsar proyectos y programas en que permitamos su voz sea escuchada, para que ellos puedan transmitir a otros el lenguaje del amor y la esperanza, en su propio léxico, sin que esto sea un problema de fondo, solo de forma por supuesto para nosotros, que traerá resultados prometedores, como una forma de trasladar la estafeta en carácter prolongado, menguando para que ellos crezcan.