Por: Edwin Góngora
Por ahora no es el título de ninguna serie de televisión y mucho menos de alguna película, es una frase que refleja una terrible realidad en el mundo, cuando se maneja la cifra que más de 360 millones de personas que profesan la fe cristiana son objeto de persecución.
El dato se obtiene de un estudio de campo realizado y que es su conjunto brinda un análisis objetivo de la situación por la que atraviesan millones de cristianos en países donde la persecución tiene “altísimos” niveles.
La Lista Mundial de Persecución, LMP clasifica anualmente los 50 primeros países en que los cristianos se enfrentan a persecuciones extremas. Explora los perfiles de cada país, de tal manera recopilar información de su situación individual, historias y peticiones de oración, además que los interesados pueden ayudar a las familias que enfrentan esta situación.
El informe señala que 1 de cada 5 cristianos en África es perseguido, mientras que en Asia el numero aumenta a 2 de cada 5.
Dentro de los parámetros utilizados por el estudio, la situación en América Latina refleja que de cada 15 cristianos 1 es perseguido.
La persecución lamentablemente encuentra acompañamiento en otro tipo de expresiones violentas y los datos reportan que 5,621 cristianos han sido asesinados, 2,110 iglesias atacadas y 4,542 cristianos han sido detenidos.
La persecución puede tener varias definiciones, pero para LMP su definición es amplia, al considerar que incluye una dimensión muy visible de la violencia física como la parte mas evidente, lo que afecta enormemente el que hacer de la vida cristiana, su familia, la misma sociedad y hasta el quehacer de una nación.
Si bien la persecución es una realidad plasmada firmemente en las escrituras, es de mencionar que existe una realidad donde esta no es tan grabe, por ahora, y sus manifestaciones de intolerancia en su contra no son extremistas.
Esto exhorta a que si se vive en un país donde la libertad de culto es permitida, debe ser aprovechada, agradecer a Dios por ello, orar porque se mantenga y continuar en la evangelización, predicación y ganar almas.