Por: Edwin Góngora
¿Quién no se alegra al recibir un obsequio en algún momento de su vida?
Y que, al recibirlo, lo agradezcamos, lo valoremos, porque en definitiva nos servirá de mucho.
Eso es lo que hacen miembros del equipo de evangelización del Tabernáculo Bíblico Amigos de Israel, cuando a diario se desplazan por diferentes lugares de la capital o el país, para compartir una palabra, un mensaje que restaure, que transforme y rescate vidas.
Todos necesitamos a Jesús en nuestra vida, pero a veces no sabemos cómo llegar y creemos que lo que hacemos nos aparta, nos aleja de su amor, pero es todo lo contrario, Jesucristo nos espera con sus brazos abiertos.
Proverbios 11, 25 nos dice, “El alma generosa será prosperada, y el que sacie a otros, también él será saciado”
Cada salida a las calles de estos evangelizadores marca una enorme victoria, pues muchos son alimentados física y espiritualmente y otros más ganados para Cristo.
Todos son exhortados y varios deciden recibirle como su único salvador.
Y es que la tarea de ir y predicar la palabra es fielmente cumplida por quienes forman parte del Taber de tal manera que nadie se quede sin recibir las buenas nuevas.
Sus actividades incluyen vistas a hospitales, cárceles, colonias, barrios y todo lugar donde la palabra de Dios se pueda sembrar en el corazón de las personas.