Por: Edwin Góngora
Cuando amamos lo que Dios ama, las almas, no hay duda de que nuestra vida será de bendición.
Ir a la calle y buscar a quienes aún no conocen a Jesùs es una de las tareas que miembros del Tabernáculo Bíblico Amigos de Israel realizan muy en serio.
Encabezados por su pastor general Edgar López Bertrand Jr., llegan a lugares donde aparentemente el nivel de vida pueda no ser muy valorado y donde muchos pueden creer que ya no existe oportunidad alguna para llevar a los pies de Cristo a alguien.
Sin embargo, llegar a lugares como este para difundir la palabra no es algo improvisado y para hacerlo debemos estar claros lo que Jesùs enseñó a sus discípulos.
En Mateo 10:5 dice, “A estos doce envió Jesús, y les dio instrucciones, diciendo: Por camino de gentiles no vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis”.
Él les dijo lo anterior debido a que los apóstoles no querían a los gentiles y uno de sus principios enseñados se fundamenta que demos amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. No podemos ganar lo que no amamos y para ganar un alma debemos mostrar ese verdadero interés por ellas.
Cuando hacemos algo para Dios, es porque lo amamos y por lo que ya hizo en nuestra vida.
Esa es la labor que efectúan en diferentes zonas de San salvador, consideradas como “rojas” el Ministerio de e evangelismo del Taber y llegar a esas personas que no muchos llegarían para hablar con ellos y compartirles una palabra que puede restaurar su vida.
Cristo fue amigo de pecadores, porque su misión era la de rescatarlos del pecado, así lo fundamenta el pasaje Bíblico, Mateo del 9 al 11, “Cuando vieron esto los fariseos, dijeron a los discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores? Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento”.
Hoy en día cuando se exalta lo fingido y lo falso, la única verdad que resurge con verdadero interés es la de predicar y compartir la palabra a todos los que deben ser alcanzados.