Por: Edwin Góngora
Recientemente la organización internacional cristiana humanitaria evangélica de carácter interdenominacional Puertas Abiertas, publicó un informe en el que detalla y ubica las diferentes acciones inhumanas de la que son objeto actualmente millones de cristianos evangélicos en diferentes partes del mundo.
El informe detalla cifras de cristianos perseguidos y de todos los ataques que son objeto, por lo que fue catalogado como “asfixiante”, al documentar una realidad cotidiana que enfrentan los cristianos en todo el mundo para hacer prevalecer su convicción de fe.
El trabajo de Puertas Abiertas por trasladar esta realidad y clamar porque la misma cambie, les a llevado por medio del recurso en redes sociales producir y difundir un programa titulado: “Perseguidos, más no desamparados”.
Haciendo uso de la plataforma Spotify, puertas abiertas a producido varios episodios donde plasma por medio de testimonios e información que obtienen de sus afiliados la realidad que enfrentan con relación al sacrificio que significa predicar la palabra de Dios.
Una de las historias que estremece es la de un pastor que según sus propias palabra son perseguidos en el país donde predica por una “paranoilla dictatorial”, al impedirles que se reúnan y no contar con autorización para poder compartir las buenas nuevas a quienes quieren conocer de Jesùs.
El pastor entrevistado en este episodio asegura que: “Es Dios quien tiene el control y en eso creemos, que es él quien nos sostiene”. Es fácil decirlo, pero difícil de sostenerlo, asevera.
En otro de los episodios que reflejan la veracidad de lo que ocurre, Puertas Abiertas nos comparte varios testimonios de cristianos en Corea del Norte.
Esta sucedió en la capital Pyongyang, donde Yun Su, la vivió junto a su familia.
La narrativa nos describe que en una mañana pacífica que Su vivía junto a su familia, esta fue interrumpida cuando fuertes golpes casi botan la puerta de su casa. Eran miembros de la policía que irrumpieron sin mediar palabra.
La razón, tener una biblia en casa, ya que en Corea del Norte contar con una, orar y hacer cualquier otro acto a favor de Dios es una grave delito.
Así como estas historias, Puertas Abiertas a dado vida a muchas más que enfatizan el contexto de incertidumbre que millones de cristianos viven por llevar la palabra, por conocer a ese Cristo que dio su vida por nosotros en la cruz del calvario.
Le invitamos a escuchar estas historias y conozca la realidad de otras comunidades cristianas evangélicas que realmente luchan por llevar la palabra a otros y hablar de sus maravillas.
“Somos perseguidos, pero no eliminados; derribados, pero no fuera de combate”. 2 corintios 4-9
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