Por: Pastor Pai Otoniel Alvarado
Nehemías 1-2. Nehemías se rodeó de escombros… por todos lados… pero elevo su mirada al cielo… y sabía que esos escombros se iban a convertir en historias superadas…
Eso nos recuerda que Dios se perfecciona en nuestra debilidad… así que podemos pasar de la debilidad a la fuerza y del anonimato a un escenario poderoso.
Solo por medio de la fe te reirás de los escombros que no te han dejado acceso a las bendiciones que has necesitado… Levantaras terraplén y tomaras lo que es tuyo.
¿Qué es terraplén?
Es una montaña de escombros hecha con los restos de muros derribados… para que sirva como rampla o escalera, y poder subir sobre ella y entrar a conquistar la ciudad.
Así que los mismos ladrillos que se opusieron servirán de escalera para tomar lo que es tuyo. Terraplén: es levantar una obra maestra de entre el desastre, capaz de sorprender a los enemigos… Terraplén: es vencer los escombros… pasar encima, aplastarlos y no ser aplastado por ellos. Terraplén: es hacer una rampa de salto, para entrar a un lugar, aunque esté cerrado. Por lo tanto, haces terraplén cada vez que oras… y adoras.
Porque ciertamente amontonaras los escombros de tus enemigos y levantaras tu cabeza victoriosamente cuando pases de los escombros al terraplén.
La palabra terraplén, aparece una sola vez en la Biblia. Y su localización escritural está en Habacuc 1: 10. Donde ilustra el trabajo de conquista que harían los caldeos sobre Juda, como juicio de Dios, ya que no se habían vuelto de todo corazón.
Aunque la cita se refiere a algo negativo que les acontecería a los israelitas. Nos revela una estrategia militar, que en el antiguo tiempo se usaba para conquistar naciones enemigas. Y esa estrategia se llama: Terraplén.
La verdad es que, nosotros no debemos llorar sobre los ladrillos derribados, sino amontonarlos, subirnos sobre ellos y saltar para ganar. Siiii, ganar por encima de la perdida y la tragedia.
Porque pasar de los escombros al terraplén es nuestra decisión. Los escombros son inservibles, pero si nos subimos sobre ellos para alcanzar una gloria mayor, se convierten en un terraplén. Capaz de llevarnos a tierras nuevas y a milagros insospechados.
Aprendamos a cambiar los escombros en terraplén.
Convirtamos los fracasos en lecciones, las heridas en marcas testimoniales, los retos en milagros, y las tragedias en nuevas victorias.