Por: Edwin Góngora
¿No recuerdan lo que dice la Biblia? En ella está escrito que, desde el principio, Dios hizo al hombre y a la mujer para que vivieran juntos. Por eso Dios dijo: “El hombre tiene que dejar a su padre y a su madre, para casarse y vivir con su esposa. Los dos vivirán como si fueran una sola persona.” De esta manera, los que se casan ya no viven como dos personas separadas, sino como si fueran una sola. Por tanto, si Dios ha unido a un hombre y a una mujer, nadie debe separarlos. Mateo:19 4-6
Amparados en este principio recientemente el Pastores Carlos y Rosario de Navas, de Iglesia Del Camino, realizaron un encuentro de matrimonios, con el propósito de reforzar y enriquecer la institución creada por Dios y base fundamental de la sociedad: El Matrimonio.
En una publicación de su cuenta de Facebook, la pastora Rosario Navas destaca: “En medio de este mundo que cada vez cree menos en el diseño original para el hombre y la mujer, invertir en tu pareja es lo más sabio que puedes hacer para tener un matrimonio estable y para toda la vida, caminando juntos de la mano con la ayuda y dirección de Dios”.
Dios no nos consagra a una alianza temporal, sino permanente.
Si bien para algunas personas y sectores los componentes que conforman el matrimonio son simples simbolismos, Dios los crea con un amplio y fortalecido propósito que representan en su conjunto un significado de vida en quienes decidimos casarnos.
Lo que sucede es la falta de conocimiento pleno de todos estos aspectos como, por ejemplo: lo que Dios une, que no lo separe el hombre y el anillo de boda. Ambos simbolizan la alianza inseparable y permanente de esa unión, de un ambicioso proyecto de vida que se construye a diario, pero que no tiene fin, solo la muerte.
La jornada de matrimonios estuvo a cargo de los pastores Ariel Cabrera y Alice Escalante de Cabrera, quienes compartieron con los presentes diferentes temas, en los que Dios nos recuerda para que y por qué vivimos una vida matrimonial.
Actividades como estas se vuelven claves hoy en día cuando diferentes organizaciones y sectores contrarios a este principio Bíblico, buscan difamarlo, tergivérsalo y distorsionar, para destruirlo.
Y es que el matrimonio es como un jardín que debemos cuidar a diario, abonarlo con diferentes aspectos vinculados a la comprensión, entendimiento, respeto, comunicación, fidelidad, confianza y amor. Los que se convierten en el abono para que ese jardín florezca brinde frutos y sea fuerte. jardín donde el poder de Dios se manifieste siempre.
