Por: Edwin Góngora
Nueva York vive una situación preocupante.
Una de las principales ciudades de los Estados Unidos y del mundo, enfrenta actualmente una ola delictiva y violenta que mantiene en vilo a sus más de 6 millones de habitantes.
Esta alza en la violencia a llevado al alcalde actual Eric Adams, solicitar que Nueva York deje de ser una de las más de 15 ciudades santuario que tiene Estados Unidos.
Una ciudad santuario es aquella que tiene políticas diseñadas para limitar la colaboración o el involucramiento en la aplicación de las leyes de inmigración por parte de autoridades federales, protegiendo así a los inmigrantes indocumentados de una posible deportación o detención. Sin embargo, muchos creen que las alzas en la violencia han sido protagonizadas por inmigrantes.
El funcionario a pedido cambios en este concepto y que le permitan detener a los migrantes sospechosos de delitos graves y entregarlos a funcionarios federales de inmigración.
Aunque su gestión no a sido cuestionada, decisiones como la anterior a generado debate en la ciudad.
El alcalde Erick Adams fue invitado a la Iglesia Aliento de Vida donde elogió el significativo trabajo de las iglesias evangélicas en la lucha contra la violencia armada y a favor de la paz en la ciudad. En un gesto de aprecio, Adams expresó su gratitud a la iglesia hispana por contribuir a la seguridad de Nueva York.
Durante su discurso, el alcalde saludó a la congregación en español y agradeció el esfuerzo de la comunidad en perseguir el “sueño americano”. Compartió que, desde una edad temprana, Dios le reveló su futuro como alcalde, una visión que perseveró a pesar de las dudas de los que le rodeaban.
“Estoy aquí por la institución basada en la fe. No haces este viaje por tu cuenta. Creo firmemente en todo mi corazón que Dios dijo: “Tomaré a la persona más quebrantada y la elevaré al lugar de alcalde de la ciudad más poderosa del mundo”.
Las palabras dichas por Pedro plasmadas en Juan 6: 67, 68 y 69 son retomadas por el alcalde: “Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros? Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”.
“Cuando camino, camino con Dios. Cuando hablo, hablo con Dios. Cuando establezco políticas, las establezco con un enfoque divino. Eso es lo que soy. Todavía soy un hijo de Dios y siempre seré un hijo de Dios y no me disculparé por ser un hijo de Dios. No va a suceder”, indicó.
Así también enfatizó: “La fe en Dios es la clave de la prosperidad de los Estados Unidos, recordando la inscripción “En Dios Confiamos” en la moneda estadounidense”.
Expresó su respaldo a la multiculturalidad como un pilar fundamental del éxito de Nueva York y elogió el trabajo que realiza El Pastor Víctor Tiburcio.