Por: Silvia Melgar
El día de ayer martes la presidenta de la Asamblea Legislativa, diputada Lorena Peña, presentó una propuesta para la despenalización del aborto, en casos definidos, esto contrario a la legislación actual que penaliza todas las formas de entorpecimiento en el embarazo; modificación que fue iniciada en abril de 1998 al Código Penal, el cual indica que, en nuestro país el aborto está prohibido, incluso cuando es por causa de fuerza mayor.
Para la diputada, esta despenalización pretende que el aborto terapéutico sea permitido, en situaciones en las que niñas, adolescentes y mujeres hayan sido violadas y si en dado caso su vida está en peligro.
Esto se ha justificado, debido a que por medio de estadísticas entre los últimos años una de cada tres embarazadas son menores de edad.
Según la teoría del Dr. Edgar López Bertrand Jr, en los casos extremos de embarazos por violación, él se hace la pregunta: ¿Dos malos hacen un bien?, es decir haber sufrido el vituperio y después matar a la criatura, esa no es la respuesta.
Para él, en el caso que la vida de la madre y la del bebé está en peligro, ¿Tiene Dios la capacidad de preservar la vida del bebé y la de la mamá? Claro que la tiene. Entonces no se puede utilizar el aborto “terapéutico” como una excusa para poder avalar la despenalización del aborto, y más aún sabiendo que esto se puede convertir en un libertinaje en cuestión de meses.
“Dios tiene la soberana potestad de conservar nuestras vidas, y nosotros no somos quien para poder coartar o menospreciar lo que Dios nos dió. El que decide siempre es Dios. Es curioso que todas las personas que están a favor del aborto hoy, nacieron, es injusto de parte de ellos decidir qué van hacer con sus cuerpos”. Expresó.
En vista de la ley que actualmente se sostiene sobre la prohibición del aborto, las mujeres y las adolescentes, optan por llegar a lugares clandestinos e inseguros para que les “ayuden a solucionar su problema”, como algunas le suelen llamar; sin tener a Jesús en su corazón y menos sin saber que pueden acabar con sus vidas. En El Salvador, las que deciden impedir sus embarazos se enfrentan con penas que van desde los 2 hasta los 8 años de cárcel, igual que las personas que les ayuden a hacerlo. Para los profesionales médicos que se los practiquen, las penas son hasta doce años de prisión.
El Pastor Numa Rodezno de la Iglesia Comunidad Cristiana, dice: “Ser indiferentes ante esta atrocidad es un error, pero estar a favor del aborto es un horror anticristiano”
Rodezno, añadió sobre los criminales abortistas, ya que estos usan el eufemismo de aborto espontáneo, son asesinos y se lucran de los fetos que venden para la industria de cosméticos de belleza. “Si se despenaliza el aborto entonces esto, es el equivalente a que se aprueba el aborto, y los cristianos históricamente hemos defendido la vida”. Recalcó.