Por: Edwin Góngora
¿Alguna vez usted ha sido inquietado por Dios en hacer algo que él desea usted haga en su nombre?
Pues sino lo ha experimentado, déjeme decirle que es algo intenso. La fuerza del Espíritu Santo es tal que lo empuja de una manera increíble a que lo encomendado por Dios, esa palabra para alguien o esa acción se haga efectiva.
Y se lo aseguro, la inquietud que venga a su vida por esa causa no se irá hasta que se cumple.
Eso es lo que Dios ha puesto en el corazón y en la vida del evangelista Stephen Evans, una enorme inquietud porque su palabra se conozca en África y sus alrededores.
En una entrevista ofrecida a la Prensa Cristiana en octubre de 2018, el evangelista Evans nos aseguró: “No es únicamente una cruzada, la idea no es promovernos a nosotros, lo que anhelamos es que cuando la gente venga pueda tener un encuentro con Jesucristo”
Esta inquietud llego a los 17 años cuando recibe un llamada y es invitado por el también evangelista Reinhard Bonnke para ser su asistente en África y diferentes partes del mundo.
Evans no fue indiferente a esta inquietud puesta por Dios y la constante por llevar el evangelio hasta esta zonas remotas del mundo no se detiene y por el contrario se fortalece, como mostrando que los ojos de Dios están puestos sobre esta zona de África, Botswana, Mahaylepye y Namibia.
Desde el pasado 6 de abril y hasta el 15 próximo, la zona de Botswana es impactada por el amor inagotable de Jesús, creyendo que el espíritu de Dios está en esta nación.
Sostener la actividad misionera en África se ha vuelto un reto, pero sin perder su esencia y cometido, al trasladar una palabra a todo aquel que aún no conoce al redentor de su vida.
“No importa si la gente no se acuerda de mi nombre o el ministerio, lo que sí importa es que ellos puedan conocer a Jesús, que es quien cambia vidas, familias”. Sostuvo también Evans en aquella entrevista de 20218. Esa inquietud se transformó en pasión y es lo que sigue impulsando, hasta que la misión se cumpla, Dios cambie el rumbo o él decida otra cosa.
Usted ve las fotos de quienes son alcanzados y tocados, por el espíritu de Dios. Es la entrega de hombres y mujeres que unen esfuerzos por que el evangelio no se ausente de estas tierras, restaure corazones y vidas, además de romper cadenas de quienes han estado sometidos junto a sus familias, por mucho tiempo. El mover de Dios no se detiene en África.
