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lunes, abril 29, 2024

Crónica de una sanidad divina.

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Por: Edwin Góngora

El cumpleaños número 36 que Miguel Manzano celebró fue el que antecedió a uno de sus mayores desafíos que estaría por enfrentar en la vida.

Recuerda que el 22 de julio de 2022 el médico que lo atendía le notifica sin mayores rodeos, “usted tiene cáncer”.

“Me inició en la garganta, me salió un bocio, me lo detectaron en las amígdalas” explica Miguel. “Fui al médico y me hice todos los exámenes, una ultra, biopsia y cada una tenía una historia”.

“Es un dato bien fuerte porque uno no se puede imaginar y pensar si llegare a vivir, no es lo mismo que tener una gripe”.

Miguel asegura que muchos sueños, anhelos, planes y proyectos con todo el sentido de la palabra se vienen abajo. El tipo de cáncer que le detectan fue el Hodgkin, que se desarrolla en el sistema linfático.

Una de las primeras cosas que le dijeron fue que el cáncer adquirido no era operable y que debía iniciar un proceso de quimio terapia. “Yo solo había visto y oído que era una quimio, pero ya vivirlo y que a uno le estén metiendo las agujas es otra historia”.

Miguel Manzano fue sometido a un total de dieciocho quimioterapias las cuales describe que desde un inicio fueron brutales y terriblemente duras. 

“La primera vez mentiría si no le dijera que vi a Dios. Vi una luz y dije, aquí voy señor, perdona todos mis pecados y uno se arrepiente de verdad, señor aquí voy y gracias por otorgarme la vida, pero esto no lo soporto”

En la plática que tuvimos nos contó que el primer tratamiento de quimioterapia que tuvo, no quería otro y prefería morirse. “Uno logra entender a muchos personajes bíblicos que hemos leído  y que le han pedido a Dios la muerte, por lo que vivían”, eso asegura le ocurrió a él.

Miguel Manzano, es pastor desde los 28 años. Lidero la Iglesia Centro Cristiano de Adoración, la cual tuvo que cerrar durante la pandemia.   

Sin embargo, su llamado lo hace que inicie un nuevo proyecto, el cual denomino “Algo Bueno”, que se encarga de llevar a diferentes comunidades, refrigerios, diversión y por supuesto la palabra de Dios.

“Una cosa es ser el pastor a quien todos buscan y se acercan a pedir una oración por que tienen a alguien en el hospital, pero venir a decir oren por mí, porque yo tengo cáncer es algo completamente difícil y diferente”.  

A su mente llegan los momentos en que le introducían las quimios, un veneno prácticamente en sus venas y el ardor y el dolor que ello genera.

Agrega que durante ese proceso la mente se comporta de una manera horrorosa, ahí es donde la palabra se activa y recuerda lo que escrito esta en Joel 3:10 en su parte final, “diga el débil fuerte soy”. Es la única salvedad que tenemos todo ser humano en la presencia de Dios, afirma.

Durante sus procesos de quimio nos asegura haber conocido a muchas personas con este padecimiento, entre ellos niños, algo que parte el corazón.

“Verlos sin cabello y sufrir al inyectarles en sus venas ese líquido que quema, todo te cambia. Llegan los mareos, náuseas y los efectos secundarios, pierdes el paladar, nada te sabe igual y las fuerzas desaparecen”.

En medio de este proceso Miguel recuerda que los médicos fueron claros y le decían cada día, “usted mañana ya no abrirá los ojos y se va a morir”. El corazón se abate, la familia uno se la pone en manos de Dios y dice allá te voy señor.

Pero el pastor Manzano reconoce que el milagro en medio de todo esto es que Dios sigue abriendo ojos por medio de  su gracia y misericordia.

Incluso recuerda que para esos días llegó al país un cantante “el conejo malo” y en su oración de frustración, angustia y dolor, le dijo: “Señor porque no le das esto a esa gente, así directo y sincero, uno trata de hacer lo bueno, uno está predicando, cantando, ganando almas y esta gente el mensaje que tira”

Fue aquí donde el señor se le revela de nuevo y trae a su mente lo que dice 2ª de Corintios 12- 9: “Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo”.

 “Esto me hizo entender e inicie a ser videos y yo decía en ellos, Dios me está ayudando, dando fuerzas y sigo adelante. Los videos surgen para bendecir a otros y ayudarles en este proceso, le dije a Dios no quiero pasar así, sino de verdad ser luz”.   

El cambio insiste es drástico, pero si de verdad te enchufas al corazón de Dios, esto no te hará venir y decir porque a mí, para quejarte, enojarte y frustrarte.

Es allí donde satanás ocupa esas debilidades para vernos derrotados.

La palabra vuelve a surgir y Salmos 23:4 cobra fuerza al recordarle que “Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento”.

Miguel afirma con mucha autoridad: “Dios nos topa al cerco, pero nos da señales y nos viene hablando desde hace días y meses. Lo que él hizo en mi es para mostrar su poder, su gloria y misericordia y aunque yo diga no lo merezco, solo recordemos que incluso ni a él le tocaba ir a la cruz y lo hizo por amor a cada uno de nosotros”. 

Agrega además “En medio de todos los procesos Dios quiere mostrarnos su favor y misericordia y nosotros ser un ente de testimonio para aquellos que lo necesita”.

Cuenta que desde el inicio de su tratamiento no mostro nada de fe. Muestra de ello fue un árbol dibujado en la pared de la clínica donde asistió. Allí aparecían los nombres de quienes durante su tratamiento habían fallecido.

“Yo dije mi nombre estará ahí” con esa fe ingrese. Ya adentro a uno le cambia el panorama y comprende mejor la palabra de Dios, ya no solo hablarla, sino vivirla”.

Es aquí afirma, uno entiende que Jehová es nuestro sanador, Éxodo 15: 26 

Miguel se formula las siguientes preguntas: ¿Qué tanto nosotros ponemos nuestra vida en su santa y perfecta voluntad? ¿Atendemos en realidad la vida?

Y se responde “Que hacemos con ese regalo, para mi este proceso es como lo que vive el águila”.

Miguel Manzano celebró hace unos días el fin de su tratamiento, plenamente agradecido con Dios.

Si bien la sanación vino de lo alto, los médicos extendieron una constancia que confirma que su proceso termino.

Miguel obtuvo una “Remisión completa”, que en términos médicos significa que todos los signos y síntomas del cáncer desaparecieron y no se  detectan células cancerosas, mediante las diversas pruebas para su detención.    

Dios se continua moviendo entre nosotros y repitiendo sus milagros que los hizo durante su ministerio aquí en la tierra.

Y es que no existe milagro sino se vive un proceso.

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