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sábado, septiembre 28, 2024

El rol de la iglesia ante emergencias climáticas.

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Por: Edwin Góngora

Por su naturaleza la Iglesia está llamada a contribuir desde su propia identidad, de tal manera construir una mejor sociedad, con sensibilidad frente al sufrimiento, desigualdad, pobreza y vulnerabilidad.

Las situaciones trágicas que se presentan a lo largo de la vida, debe quedar claro, no es  producto de un castigo como muchos quieren hacerlo ver y por el contrario todo momento de crisis o desierto que podamos atravesar, es un tiempo para que la obra de Dios se manifieste, aunque no lo veamos y ni lo creamos.  (Juan 9: 1-3)

Estimado lector, no olvide que la iglesia es un sector de la sociedad, por lo que está llamada a contribuir y hacer efectivo  el discurso esperanzador que Jesús abandera en los evangelios, promoviendo la ética de la solidaridad.

Así lo plantea el Pastor Juan Carlos Hasbun, de Iglesia Kemuel en este contexto que nos acontece en el país, producto de una tormenta tropical: “Invito a todas las iglesias a cumplir el evangelio y dar el mil por ciento y moverse a los centros de refugio y las comunidades a acompañar y dar comida, ropa y animo a quienes están en situación vulnerable. Oremos todos”.

Y es que Inundaciones por el desbordamiento de ríos, deslaves debido a los suelos saturados de agua, así como la caída de algunos árboles sobre viviendas y vehículos  es el panorama que pinta en el país durante las últimas horas.  

Pero más que un llamado a la iglesia a realizar acciones de asistencia humanitaria, es la continuación de un proyecto que se hace desde siempre, donde cada congregación en momentos de necesidad extiende su mano, no se diga en circunstancias como las actuales, donde su visión integral la hace que se involucra casi de forma natural.

El pastor Erick Salas de Iglesia Bethesda, ubicada en la Colonia Monserrat, asegura que “la primera acción como iglesia para con las familias o personas afectadas, es brindar una oración y una palabra, para posteriormente pasar a principios básicos como la prudencia, si las personas habitan en lugares de riegos o  vulnerabilidad”.

Agrega además que la iglesia debe insistir en la responsabilidad  preventiva mucho antes de la emergencia, pues en el caso de los desbordamientos en ríos, quebradas y lagos, son el resultado de la perdida en la capacidad que el suelo tiene por absorber el agua, además de la irresponsabilidad de otros en saturar los desagües y tragantes con desperdicios ocasionando inundaciones.  

Es aquí donde campañas de concientización y proyectos mediante incentivos a lugares que no se inundan y que manejan con responsabilidad los desechos, pueden traer a mediano plazo una mejor cultura en este tema.

Entonces, el rol de la iglesia ante las emergencias climáticas y/o de desastres naturales debe trascender el asistencialismo y desarrollar una visión más integral en la que los  ministerios se involucren y dirijan procesos de registro de los daños en los miembros de su congregación y comunidad, de tal manera gestionar apoyo para tramitar recursos que permitan recuperar la actividad en las zonas afectadas.

En ese sentido también consultamos al pastor Edwin Guzmán de La Iglesia Congregación Familiar de la Asambleas de Dios (CONFADES) que se ubica en San Marcos, frente a la comunidad diez de octubre para conocer ¿cuál es a su juicio el rol que la iglesia desempeña en situaciones de emergencia climática?

“Nos toca a nosotros, los miembros de la congregación ser iglesia en nuestra comunidad, con nuestros amigos y familia en estos momentos de desastre natural o cualquier situación adversa que podamos estar viviendo». Con ello explica, reflejemos a Dios y a Cristo desde nuestra acciones, respaldándolo con nuestro mensaje”,

El pastor asegura que su ministerio lleva ya más de veinte años de contacto con la comunidad. Eso ha hecho que la gente se acerque para colaborar.

“Por ejemplo tenemos gente que entra y sale porque necesita víveres, debido a que las familias como no están generando ingresos debido a la lluvia, se trata de suplir un poco la necesidad, no en un cien por ciento, pero si lo necesario que les permita seguir avanzando”.  

La efectividad mostrada por la iglesia en el contacto con la comunicación valió para que sus instalaciones fueran nombradas como albergue oficial por las autoridades de Gobernación, donde ciento cincuenta personas, unas cincuenta familias, son atendidas en momentos como estos de necesidad.

“De Hecho somos referentes, si usted viene y pregunta en la comunidad diez de octubre quienes en momento de tormenta les ayudan, ellos le harán referencia de la iglesia, incluso prefieren buscar a la Iglesia que los albergue oficiales que el gobierno ha tenido y fue por eso que el gobierno decidió ponerlo oficial trabajando con ellos”.  

El pastor Edwin Guzmán asegura que momentos como este generan una maravillosa enseñanza, donde amar a Dios y ser un fiel seguidor y servidor de él, se refleja amando y ayudando al prójimo como nos lo describe el pasaje de Lucas en su capítulo 10, versos del 25 al 37.   

Nadie puede negar la labor que un buen número de iglesias realizan y no solamente en estos momentos, ya que su asistencia es constante y permanente por medio del  seguimiento  espiritual, emocional y de algunas necesidades básicas.  

Es ese el rol que vuelve clave a la iglesia, en un mundo que ante cualquier situación el servir a los demás es su principal papel.  

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