Por: Pr. Pai Otoniel Alvarado
Es maravilloso sentir una sensación de victoria.
Levantar las manos al cielo, mientras la emoción de la adrenalina se asienta en el fluir de la sangre, entre gritos de celebración incontrolable.
Pero cuán difícil y letal, es respirar la fragancia de la derrota,y tratar de reprimir las lágrimas, mientras nos negamos aceptar que perdimos.
Y luego nos encontramos con un semblante triste y sin la más mínima chispa de ánimo para volverlo a intentar.
Los pensamientos de culpa, desaliento, y decepción visitan la conciencia de todo aquel que no alcanza alguna meta o ideal.
Pero en esta ocasión, dedico esta meditación; a todos aquellos que se han sentado en las cenizas del fracaso, y han pensado dejar de intentar y creer que aún es posible alcanzar ese milagro.
Quizá perdiste una batalla, o sientes que lo has perdido todo, y que ya no hay razón para seguir luchando.
Pero aún puede haber una revancha.
Quizá no ganarás en el día agendado o en la fecha que marcaste en el calendario. Pero ganarás.
A veces es mejor llegar con unas canas extras, pero llegar satisfactoriamente.
Así que, no te midas con nadie, no te compares con nadie y no compitas con nadie.
Rétate, desafíate y compite contigo mismo, porque construirás tu propio estándar de excelencia.
Sin basarte en los éxitos de otros sino en las oportunidades y bendiciones que Dios te da.
Así que no te dejes vencer por ti mismo.
De ser posible, inicia la revancha número 1,000 y no te quedes estacionado, sino que avanza con un mayor impulso.
Si tienes muchos proyectos inconclusos, si has perdido las ultimas batallas, si te llenaste de sueños frustrados y si aún no has cumplido con la asignación y propósito que Dios te dio, quiero decirte que es el momento de la revancha…
- Los que dan la revancha de la vida, sacan fuerzas de la debilidad. hebreos 11:34
- No retroceden. hebreos 10:39
- Se levantan una y otra vez. Proverbios 24:16
- Se llenan de gozo. Nehemías 8:10
- Se humillan ante Dios para ser levantados por él. 1 Pedro 5:6
- Traen a la memoria las promesas de Dios. Salmos 119: 49, 50
- Militan por las profecías que recibieron. 1 Timoteo 1:18
“Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que conforme a las profecías que se hicieron antes en cuento a ti, milites por ellas la buena milicia”
Así que no lo piensen más, no llores más, no te lamentes más, y no te quejes más, porque se llegó el tiempo de tu revancha con el respaldo de Dios.