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sábado, diciembre 7, 2024

Compassion El Salvador e Iglesias abren Academia de Música «Notas para Cristo»

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La música en sí tiene un poder, poder que atrapa y estimula los sentidos.

Pero cuando esta música se produce y genera como un instrumento de enseñanza eficaz para un propósito de alabar y adorar, toma una conexión distinta y su impacto se convierte en restaurador de vidas.

En este contexto, el pasado fin de semana, varias iglesias de la zona occidental del país, cooperantes con la fundación Compassion El Salvador, unieron esfuerzos para inaugurar la academia de música «Notas para Cristo».

De acuerdo con una publicación en su página de Facebook, la iniciativa nace de las iglesias con el propósito de preparar a los niños y jóvenes como adoradores que sirvan activamente en sus iglesias en los ministerios de alabanza y adoración.

Al acto de inauguración asistió el Director Nacional de Compassion, El Salvador, Hermano Hinmer García, así como un representante de las iglesias que impulsaron la academia, y jóvenes beneficiados.    

Durante el evento se destacó que la música es una herramienta clave para cumplir con el deber de la enseñanza en el contexto de la iglesia.

El apóstol Pablo nos señala uno de los propósitos centrales de la alabanza congregacional cuando revisamos Colosenses, en su capítulo 3 verso 16: «Que la palabra de Cristo habite en abundancia en ustedes, con toda sabiduría, enseñándose y amonestándose unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales, cantando a Dios con acción de gracias en sus corazones».

Y es que enseñar desde pequeños el objetivo fundamental de la alabanza al convertir en música su palabra o revelarla como «cántico nuevo», solo muestra la visión de la iglesia en seguir aportando al desarrollo integral de cada niño y joven en la música cristiana, fundamentando aún más su pasión por Cristo.

No podemos olvidar que la alabanza tiene el propósito de enseñar y persuadir con sabiduría sobre la palabra de Cristo.

La música en la congregación y para quienes escuchen una alabanza, debe perseguir el mismo propósito, santificar a su redentor y su Palabra.

No dudamos que una academia como la iniciada traerá buenos resultados y permitirá formar a verdaderos adoradores y salmistas que alaben con su voz y/o instrumentos musicales a aquel que murió por mí y me recuerda que no estoy solo.

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