Por: Pastor Raúl Iraheta Zelaya | Iglesia Profética Misionera Camino Santo
Es maravilloso saber que estamos en el tiempo del mover del Espíritu Santo, un tiempo glorioso, tiempo de lenguas, fuego, milagros, sanidades, conversiones, liberaciones y tiempo de restauración. El profeta Joel lo profetizó y comenzó su cumplimento en hechos 2:17,18. Y en los postreros días, dice Dios, Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; Vuestros jóvenes verán visiones, Y vuestros ancianos soñarán sueños; Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días Derramaré de mi Espíritu, y profetizarán. Fue algo notorio, glorioso y sobre todo un mover que cambiaría la historia de la humanidad.
Hoy en día esta promesa sigue vigente, Dios está moviendo el esplendor de su poder por el glorioso Espíritu Santo; puedes ser bautizado por El, recibir lenguas y danza, tener los dones y el fruto del Espíritu de Dios y pasar de una vida natural a un mover sobrenatural.
No es cuestión humana, no se aprende a hablar en otras lenguas, es según el Espíritu Santo te da, no se aprende a profetizar, es como y cuando Dios quiere usar a sus profetas; no podemos fabricar milagros, pero si recibirlos por el poder de Dios, tampoco podemos negar la misericordia de Dios al visitarnos con el poder de su Santo Espíritu, somos privilegiados, somos muy bendecidos al vivir en este tiempo de gloria.
Recibí el bautismo del Espíritu Santo el 17 de mayo de 1996, desde ese día todo cambió, mis días pasaron de ser normales a sobrenaturales, después del bautismo del Espíritu Santo, Dios comenzó a derramar dones de poder sobre mi vida que han sido de bendición para cada persona que ha sido ministrada por ellos y hoy después de 39 años puedo testificar que es maravilloso el mover del Espíritu Santo.
Muchos no creen y yo fui uno de ellos, me burlaba del mover profético, era incrédulo a los dones de Dios en este tiempo y lo peor en mi ignorancia fue haber blasfemado el mover que hoy bendigo.
Soy un fiel seguidor del Espíritu Santo, el nos guiará por sendas de justica, estará con nosotros hasta el fin del mundo, habilitará lenguas de fuego y dones poderosos sobre aquellos que le amen y crean en sus obras, cambiará vidas, restituirá corazones y sobre todo nos guiará a la eternidad. Orar al Espíritu Santo es maravilloso, pedir su presencia, disfrutar su amor, saber que es Dios en medio de nosotros y luego ser testigo del poder de Dios.
Hoy le exhorto para que busquemos su dulce presencia, que creamos sus promesas, que anhelemos su bautismo, dones y virtudes, que crezcamos en el fruto del Espíritu y que dediquemos nuestras vidas a la santificación y el mover de Dios es en este tiempo. Si otros no creen yo si creo, si otros lo niegan yo lo testifico y si alguien anhela en su corazón este mover pronto vendrá sobre usted.
