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viernes, octubre 18, 2024

Caracoles y Mariposas

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Por: Pr. Pai Otoniel Alvarado| Iglesia Lirios del Valle Central.

En una ocasión, una presumida mariposa retó a un humilde caracol diciéndole: hagamos algo, veamos quien de los dos llega a la cima de aquella montaña. El pequeño caracol acepto e inició la intensa travesía.

Como era de esperar la mariposa de colores llego en tiempo récord; mientras esperaba que el caracol llegase para decirle que ya era muy tarde…. Pero pasaban las horas y nunca llegaba. Así que fue a buscarlo y vio desde arriba que apenas iba a la mitad del camino.

En el trascurro del día, el caracol por fin llego a la cima de la montaña y la mariposa le dijo: perdiste caracol, perdiste. Él le respondió: está equivocada señora mariposa, yo fui el que ganó, porque el trato fue llegar, Y he aquí, yo llegué. Bueno, dijo la colorida mariposa, en todo caso hay un empate porque yo también llegue.

El empolvado caracol le respondió, usted llegó con mucha elegancia, yo llegue de arrastrada en arrastrada, pero en el camino me aplaudieron mis amigas hormigas dándome ánimo para poder llegar, varios gusanos me gritaron: “tú puedes caracol tú puedes”. Y hoy estoy aquí; con más amigos, más historias y más sacrificio. Y eso me hace un ganador.

Y así mismo es. 

La mayor victoria de la vida no está descrita en las fotografías, sino en cada experiencia vivida paso a paso.

Por lo tanto, debes de conservar la fortaleza del impulso, con el que inicias cada proyecto en la vida, y no parar… nunca parar, aun cuando tus avances sean muy pequeños.

Los que saben llegar, desarrollan el arte de coleccionar experiencias.

“Por eso, jamás olviden todo lo que les ha pasado; al contrario, deben contárselo a sus hijos y nietos.” Deuteronomio 4:9 TLA

Aprender del pasado es un don. Coleccionar experiencias es un arte. Desarrollar la habilidad de transferir enseñanzas propias a otros, es un tesoro.

El camino del caracol no fue el más rápido, pero si el más marcado.

Ese camino reveló el aplauso de las hormigas, el apoyo de los gusanos y la fuerza de su escondido potencial.

Los que saben llegar, no se enfocan en la velocidad.

Recuerda, no se trata de llegar primero, se trata de saber llegar.

Las metas eternas y las metas terrenales, están bajo la sabia decisión de Dios. Así que no te enfoques en la competencia de la velocidad, sino en llegar a la meta en el tiempo de Dios.

“Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.” Romanos 9:16

Los que saben llegar, elevan su estándar de recompensas.

Los aplausos, las ovaciones, las felicitaciones, los like, las fotografías, las medallas, y todo tipo de reconocimiento humano, no es el tipo de recompensa que debes buscar.

Tu estándar, es decir la medida de tu motivación debe de ser más elevada. Y que mejor recompensa que dejar un legado, Que mejor recompensa que marcarles el camino a otros. Que mejor recompensa que ser felicitado por Dios, al llegar a nuestro verdadero hogar.

“…Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.” Mateo 25:21.

La más grande recompensa, ni si quiera es entrar en nuestro gozo, sino en el gozo del señor. Así que mientras tanto, cuida de saber recorrer el camino entre mariposas y caracoles.

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