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lunes, septiembre 16, 2024

Sin que tú sepas como

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Por: Pastor Pai Otoniel Alvarado | Iglesia: Lirios del Valle Central

Después de haber sembrado, el sembrador regresa del campo, para reposar en su casa.

El día estuvo muy soleado y caluroso…Totalmente sediento, hambriento y cansado lo único que desea es llegar a casa para comer, y luego descansar un poco en su hamaca.

Con sus manos ampolladas y sus bolsillos vacíos, habla de la próxima cosecha. Sin tener en su poder la seguridad de su existencia de los próximos días, mira el calendario y calcula las posibles fechas, en que con gozo irá al campo para cortar los frutos que soñó.

Cae la noche, y se va a la cama. Duerme tranquilo, sin preocupaciones de nada. Mientras sus semillas están enterradas en el campo.

Él sabe que crecerán… Tiene la seguridad que darán fruto, y conserva la certeza de que habrá cosecha, aunque no sepa cómo. Sin saber cómo, cree que el cielo mandará su lluvia para que sus sembradillos crezcan.  Y de repente a medianoche, oye gotas de agua cayendo en su tejado, y se sonríe… Se arropa con su sabana y sigue durmiendo.  Porque ese roció ayudará a producir su cosecha. Él no sabe cómo es que la lluvia viene, ni como las semillas luchan por salir de en medio de las capas de la tierra, el solo sembró y solamente esperara a comer de sus frutos.

No sabe de ciencia, no sabe de fotosíntesis, simplemente cree que en los postreros días comerá.

Así que sin que tu sepas como, Dios está obrando un milagro para ti. Sin que tu sepas como, Dios está trabajando a tu favor. Sin que tu sepas como, la cosecha de tu vida se aproxima y comerás hoy de los frutos que sembraste ayer. No te preguntes como suceden los milagros, solo recíbelos, solo celébralos.  Porque ciertamente Dios te bendecirá, sin que tu sepas como.

“…un hombre echa semilla en la tierra; y duerme y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa cómo. Porque de suyo lleva fruto la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga; y cuando el fruto está maduro, en seguida se mete la hoz, porque la siega ha llegado.”

Marcos 4:26-29

Si siembras… no te desesperes. Duerme y levántate feliz, confiando en que el cielo trabaja a tu favor. Ya que enviará el roció suficiente para hacer crecer lo que sembraste. Ten paciencia, aunque solo veas hojas, porque después vendrán las espigas llenas de grano y estarás listo para cortar con tus manos lo que soñaste. Así que confía en los regalos que Dios está preparando para ti, sin que tu sepas como.

[Para más reflexiones, visita el canal en YouTube: Pai Otoniel Alvarado]

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