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martes, octubre 8, 2024

Tiempo de grandes saltos

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Por: Pr. Pai Otoniel Alvarado | Iglesia Lirios del Valle Central

El león persigue al siervo con todas sus fuerzas y sin reservarse nada.

Mientras corre tras de él, saborea en su paladar, la dulce carne de tan indefensa presa.

El siervo corre con todas sus fuerzas, tensando sus débiles músculos hasta el milite. Pero no es suficiente… casi puede sentir, el aliento del león encima de su cuello…Así que salta, ¡salta mientras corre!…

Llega un momento, que la misma agonía e instinto de supervivencia, le hace dar saltos tan grandes, y se eleva tanto, que pareciera que es sostenido por el aire, y vuela… mientras sus patas se estiran hacia su refugio inmediato.

Se dice que los siervos al correr, dan saltos tan grandes, que avanzan suspendidos en el aire; hasta siete metros de distancia, sin tocar tierra.

Pareciera que tiene alas… y el cobarde león, al verlos saltar, se comienza a desmotivar, y disminuye el avance depredador, que emprende tras su deseado festín. Amigo… es tiempo de dar grandes saltos… quizá tus pasos sean pequeños, y no avances tan rápido como quisieras, pero puedes saltar.

Da saltos de fe, saltos de esperanza y saltos de confianza en Dios.

Cuando sientas que estás a punto de caer, o de perecer; lánzate a los brazos de Dios, sabiendo que él te sostendrá, porque ciertamente es tiempo de grandes saltos.

El salto del perdón

El resentimiento es un depredador del alma.

Debemos de correr de él.  Pero a veces correr no será suficiente; debemos de saltar…

Elevarnos por encima de su veneno para poder ser capaces de perdonar.

Solo el que salta puede perdonar. Debemos de saltar por encima de los desacuerdos, diferencias, malos entendidos y rencores por cosas pasadas.

Porque perdonar es saltar… Perdonar es volar.

El salto de la decisión

Debemos ir tras el propósito y dejar de caminar al paso de la rutina y de la tradición.

Los que saltan a su propósito encuentran la felicidad de la vida, porque descubren que para eso fueron creados. Y el cumplimiento del propósito trae realización, plenitud y paz.

Vivir lejos del propósito para la cual fuimos creados, es como ser devorados lentamente por el depredador de nuestro origen.

Ese feroz cazador que nos persigue para desviarnos del camino que Dios nos marcó, desea asesinar nuestra fe en Dios.

Por eso debemos de saltar sobre las distracciones, la comodidad, el estancamiento, la entretención, y los complejos. Deja ya de titubear, deja de vivir solo de impulsos. Si quieres reiniciar hazlo ahora.

Recuerda que tomar una determinación firme para cambiar, es saltar de verdad; y solo de esa forma podrás salvar tu existencia real.

Solo los que se deciden saltan… Porque los que no se determinan, terminan a la mitad del camino de manera prematura.

Recuerda que tu verdadero carácter se evidencia en la capacidad de tomar decisiones. Decisiones bajo la voluntad de Dios, decisiones sanas y llenas de fe, decisiones que valen la pena tomar.

Atrévete a dar Un salto de verdad, porque es tiempo de grandes saltos.

“Determinarás asimismo una cosa, y te será firme, y sobre tus caminos resplandecerá luz.”

Job 22:28

[Para más reflexiones, visita nuestro canal en YouTube: Pai Otoniel Alvarado]

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