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jueves, septiembre 26, 2024

Una visión enferma

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Por el Pastor: Pai Otoniel Alvarado|

Iglesia: Lirios del Valle Central

Miopía

La miopía, es padecer una visión borrosa y poco clara de los objetos lejanos.

Es esa incapacidad que no permite ver las cosas que son muy claras y fáciles de distinguir.

Se dice que la miopía, golpea con seguridad al ojo humano conforme pasan los años.

Y debido a ella, puede haber serias confusiones y peligrosos tropezones.

A demás de ello, en el caso de las ovejas; nacen padeciendo miopía, y la sufren, toda la vida.

El alcance de su visión son unos escasos 3 metros, por ello el pastor debe de cuidarlas responsablemente, ya que debido a su enfermedad visual siguen avanzando, incluso cuando están a la orilla de precipicios mortales.

No podemos vivir confiando en nuestras propias fuerzas, nuestra dependencia del buen pastor cada día es más evidente, sobre todo al ver las fracturas y cicatrices de nuestras más recientes caídas.

Confiemos en la dirección, y conducción de Jesucristo. Y descubriremos como la miopía, no nos robará la imagen del amor, la paz y la felicidad, mientras disipamos nuestras incapacidades a través de los ojos del buen pastor; porque solo él no padece miopía y solo él posee la visión perfecta.  

Estrabismo

Por otra parte, el estrabismo es la desviación de la línea visual de uno de los ojos, y en casos peores, de ambos. De manera que los ejes visuales no tienen la misma dirección.

Es como intentar definir 2 visiones, solo que a manera de división.  Pero hay estrabismos peores que el ocular.

El desenfoque es uno de ellos. Intentar hacer 2 cosas a la vez no es recomendable, porque ninguna se hará con excelencia y al final, ambas serán mediocres. No poner la mirada en un propósito definido, causa estrabismo en el avance de una meta. Por lo tanto, centra tu atención y coloca tu visión al frente. 

No desvíes tus ojos a la derecha ni a la izquierda. No des a tus parpados adormecimientos ni distraigas tu mirada de lo que tienes delante. (Proverbios 6:4; 4:25) Recuerda que el que no sabe para donde va, en cualquier barraco se siente bien.

Así que no extravíes tu visión, con distracciones que te enfermaran de estrabismo.

Mira muy bien a la familia que te rodea, y disfrútala. 

Mira bien a tu alrededor y dale gracias a Dios por su misericordia. Y estarás lejos de padecer el estrabismo del alma.

Daltonismo

Ahora bien, ser daltónico, es sufrir deficiencia en ver los colores. Algunos dicen que el daltónico, ve todos los panoramas a blanco y negro. Pero también creo que, sin sufrir de daltonismo, podríamos estar viendo los retratos de la vida sin color.

La pérdida del gozo, la carencia de gratitud y falta de fe nos hace ver tragedias en vez de posibles milagros. Recuerda que los hermanos de José no soportaron ver la vida a todo color, así que, acostumbrados a su visión daltónica, le arrancaron la túnica de colores que portaba su hermano.  Pero no pudieron hacer que José siguiera viviendo una vida de colores. Nuestro padre celestial pinta las diferentes escenas de la vida, con matices diversos.

En nuestro caso, que la envidia, la crítica y los celos de los que nos rodean, no nos hagan daltónicos. Coloriremos una y otra vez los cuadros grises que otros quieren que vivamos,

con pinceles de perdón. Neguémonos a vivir una vida daltónica o tradicional.  Superemos los tropiezos y los malos deseos, mientras oramos para que otros también, dejen de ser daltónicos. 

Cuidemos nuestra vista, pero sobre todo nuestra visión. Por que ciego no es el que no ve, sino el que no tiene visión. Por lo tanto, nuestra visión debe de estar sana y no enferma.

[Para más reflexiones, visita nuestro canal en YouTube: Pai Otoniel Alvarado o Contáctanos al 503- 2253-1529]

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