Por el Pastor: Pai Otoniel Alvarado|
Iglesia: Lirios del Valle Central
Aquel joven soñador vivía sus sueños de infancia. Las estrellas, la luna y el sol, se inclinaron a él. Los manojos de trigo también lo hicieron. Llegar hasta allí fue una gran historia. Sufrió experiencias que casi le costaron la vida; Pero he allí al soñador envidiado por todos. Parado frente a lo que él llamo, los graneros.
“Almacenaremos comida por siete años dijo el soñador estratega”. Y el rey mismo de Egipto lo posicionó, entregándole todas las llaves del reino para regir con sabiduría y éxito. Esos graneros, no solo preservaban granos sino sueños. En ellos estaba el testimonio de la estrategia divina para cumplir con su asignación en esta tierra. Cuando su propia familia llego a comprar comida, sin reconocerlo, el abrió esos graneros y les dio de comer.
Y al igual que José, tú tienes la responsabilidad de ser la bendición para tu casa y para tu familia. Pero no renuncies a ese sentir que Dios puso en ti hace años. Porque esa semilla del cielo, que te hizo soñar con ser instrumento que Dios ocuparía para bendecir a los que amas, aun esta allí, en lo profundo de tu interior. Dios te llevara al momento oportuno para alcanzarlo, y cuando llegue, te equipará con ideas de oro, en forma de estrategias, para hacerlo realidad. Pero mientras ese día llega, sigue confiando en Dios y en medio de la traición, encierro y calumnias levanta tu cabeza, porque ciertamente eres un almacén de sueños.
Nunca te conviertas en un soñador soñoliento
Aunque suene casi igual, hay una tremenda diferencia entre tener un sueño, y tener sueño. Mientras unos sueñan dormidos y despiertos otros tienen sueño toda su vida. Sin importar cuanto descansen, siempre se sienten aburridos, soñolientos y llenos de pereza. ¿Cuándo se les acabara ese adormeciendo en sus parpados? Sera hasta que ellos quieran. No importa cuánto duerman, siempre será poco interesante y emocionante la vida para aquellos que les gusta todo fácil.
Los soñadores soñolientos, sueñan, pero se duermen. Comienzan un proyecto, pero luego se desaniman y lo abandonan.
“Despierta, levántate y resplandece porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová a nacido sobre ti. Levántate tú que duermes, y te alumbrara Cristo”. No te conviertas en un soñador soñoliento.
Los que son almacén de sueños, tienen sueños diarios y no solo un diario de sueños
Un 99 por ciento de las personas en el mundo sueñan, pero no escriben sus sueños. Un 0.9 por ciento sueñan y escriben sus sueños en alguna agenda, libro, cuaderno o diario personal. Pero solo un 0.1 por ciento de los ciudadanos del mundo, sueñan, escriben y hacen realidad sus sueños.
No es suficiente tener un diario de sueños. Los soñadores insaciables no descansan. Sueñan despiertos y sueñan dormidos. Pero cada día trabajan en el cumplimiento y el avance de esa secreta proyección personal.
Pero nunca olvides que es mejor tener sueños diarios, que solamente un diario de sueños.
En el almacén de sueños hay ensueños
No es suficiente soñar… los sueños son importantes, pero los ensueños son aún más necesarios.
Un sueño es una ilusión, pero el ensueño es la proyección de lo que se quiere lograr a largo plazo. Es decir que traza un camino, una ruta, una estrategia y hasta un plan para hacer realidad el sueño.
De que serviría, tener tantos sueños si no se tiene un ensueño. Así que un ensueño, es estar adentro del sueño, vivirlo, trabajarlo, y subir la cuesta para llegar a la cima o al desenlace del camino.
“los sueños no se deben de esperar, se deben de vivir”.
Debemos de vivir los sueños en vez de estar esperando que se hagan realidad como arte de magia mientras nos detenemos las quijadas sin hacer nada.
Así que la palabra ensueño debe de estar en lenguaje de los soñadores. Debe de ser parte de su léxico y un elemento vital de su día a día.
Sueña, pero también ensueña… planifica, has presupuestos, y sobre todo ora, poniéndole en las manos a Dios tus proyectos para que no solamente seas un soñador sino también un hacedor continuo de cada objetivo, mientras tienes una vida de ensueños.
[Para más reflexiones, visita nuestro canal en YouTube: Pai Otoniel Alvarado o Contáctanos al 503- 2253-1529]
