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sábado, diciembre 21, 2024

Paz barata

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Por el Pastor: Pai Otoniel Alvarado|

Iglesia: Lirios del Valle Central

Paz barata…

Quien la quiere…

Es preferible pagar un alto precio por una paz que sea real, y no pensar que todo se acabó, cuando aún persisten las confrontaciones y las guerras sin ganar.  

Sino hay verdadera paz, de que sirven las posesiones, y las posiciones.

De qué sirve el dinero, cuando el alma es pobre.

La paz barata se conoce por sonrisas superficiales, retratos vacíos y distancia entre los seres queridos.

La verdadera paz no se compra con cheques bancarios, ni regalos fingidos.

El precio de la única paz verdadera, lo pago el ser más justo e inocente del universo. Firmando las paces entre la humanidad y el padre, con la tinta roja y preciosas de su sangre.

La distancia y la usencia se acabó, entre nosotros y Dios, porque el rompió sus venas, y surco sus espaldas con marcas de amor.

La paz, no es una palabra, ni mucho menos un sentimiento.

La paz es una persona, la cual es Jesucristo.

Más blanco que el lirio de los valles, y más rojo que la rosa de saron.

El héroe número uno; él que te abraza todos los días, para que remplaces la paz barata que el mundo da, y permanezcas feliz con él todos los días de tu vida.

El descanso y el reposo de tu corazón, no debe de estar atado a las circunstancias presentes.

Todos debemos luchar por obtener una paz independiente.

Un reposo sin negociación.  Que no se intercambia por sudar calenturas ajenas, y que no se diluye con los gritos, pleitos y ofensas de los que te rodean.

Una paz interior tan independiente, que no haya forma de convertirla en guerra de sentimientos y emociones.

El reposo de nuestros pensamientos y la agitación de nuestra alma depende de qué tipo de paz hemos comprado. Si es una paz falsa, basada en la reacción y opinión de otros, seremos fácilmente asfixiados por las envidias, pleitos, contiendas y provocaciones. Pero si caminamos en la paz perfecta que solo Dios puede dar, viviremos con el equilibrio emocional que todos soñamos.  Sin ser víctimas de la duda, temor, amargura, celos o caprichos.

La biblia dice que “…el castigo de nuestra paz fue sobre él…”  (Isaías 53:5)

 Así que ese castigo nos trajo la sanidad del alma que necesitábamos.

Pero vivir en esa paz, es nuestra decisión.  Tú decides si depender de algo o de alguien para sentirte feliz.  O gozar del regalo de Dios, al vivir con una paz independiente. Independízate de las circunstancias, del veneno de las críticas y el dolor de las traiciones. 

Pero sobre todo perdona a los que te han dañado.

“Les doy la paz, mi propia paz, que no es como la paz que se desea en este mundo. No se preocupen ni tengan miedo por lo que pronto va a pasar.

Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.”

Juan 14:26; Filipenses 4:7 TLA

[Para más reflexiones, visita nuestro canal en YouTube: Pai Otoniel Alvarado o Contáctanos al 503- 2253-1529]

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