Hoy despedimos el 2024 dándole gracias a Dios por todas las bendiciones que recibimos muchas de estas en empaques de grandes alegrías y otras con empaques de pérdidas, duelos y procesos difíciles.
De pequeño para mí este día era muy especial ya que acostumbrábamos a limpiar todos los rincones de la casa, a lavar toda la ropa incluida la ropa de cama para que el año nuevo no nos encontrara con ropa sucia. Teníamos listo el estreno para festejar junto a nuestros amigos y vecinos con una comida especial y no podían faltar los volcancitos y los cuetes.
Estoy seguro que todos recordamos estas fechas con nostalgia y alegría. Muchos aseguran que los tiempos ya no son iguales por lo falta de sus seres queridos que han perdido o simplemente porque los tiempos han cambiado.
Pero cómo creyentes nuestro enfoque de esta noche de fin de año debería de ser diferente, no poniendo nuestros ojos en las cosas temporales sino más bien poniendo nuestra mirada en lo eterno, debemos ver atrás para recordar la misericordia de Dios en nuestras vidas, tanto en los tiempos alegres cómo en los difíciles, su mano siempre nos acompaña.
Recordemos a Josué el caudillo de Israel antes de morir reunió al pueblo y lo confrontó con todos los recuerdos de las victorias pasadas que Jehová Dios les había otorgado:
“Yo os introduje en la tierra de los amorreos, que habitaban al otro lado del Jordán, los cuales pelearon contra vosotros; mas yo los entregué en vuestras manos, y poseísteis su tierra, y los destruí de delante de vosotros.”
“Y os di la tierra por la cual nada trabajasteis, y las ciudades que no edificasteis, en las cuales moráis; y de las viñas y olivares que no plantasteis, coméis.”
Y les recordó que la garantía de un mejor futuro para Israel estaba en las manos de Dios:
“Ahora, pues, temed a Jehová, y servidle con integridad y en verdad; y quitad de entre vosotros los dioses a los cuales sirvieron vuestros padres al otro lado del río, y en Egipto; y servid a Jehová. Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.”
Hoy despedimos el 2024 con nuestros ojos puestos en el Señor y con la certeza que en el 2025 yo y mi casa serviremos al Señor
Pastor David Segovia