fbpx
martes, abril 1, 2025

Enfermedades del alma (Parte II)

- Publicidad -spot_img

Por el Pastor: Pai Otoniel Alvarado|

Iglesia: Lirios del Valle Central

(Segunda parte)

Meditemos en otras enfermedades del alma:

El rencor 

Cuando sentimos punzadas de malos deseos contra alguien= tenemos rencor. Cuando deseamos mal, sustentado por un deseo de venganza= tenemos rencor. Cuando no hemos sacado aquella espina, que aun hace sangrar nuestra alma con solo recordar= tenemos rencor. 

Y es que sin darnos cuenta nos convertimos en cárcel de una persona cuando no le hemos perdonado. Recordemos que la ley del perdón, libera a ambos. 

Al que ofendió y al ofendido. 

Cuando no perdonamos, atamos nuestra memoria a los episodios del ayer y a al autor del dolor en nuestros corazones.  Ya que, sin desear ver a esa persona, la vemos en cada rincón y a cada momento. 

Nuestra misma alma convaleciente proyecta sombras, espejismos y fantasmas, de lo que no quisiéremos haber vivido. Así que mientras no perdonemos, nos haremos más y más daño. 

Por ello el gran doctor del alma nos recetó perdonar 70 veces 7 a las personas que nos dañan.  Y si nos dan en una mejía, debemos de poner la otra, refiriéndose a no presentarle a esa persona el daño que nos causó antes, sino una nueva cara, para iniciar de nuevo. 

El mismo medico de nuestros corazones nos dio ejemplo en la cruz, perdonado a sus agresores diciendo que no sabían lo que hacían. Ese maravilloso galeno divino, nos da capacidad para pasar las páginas negras y junto con ellas, perdonar para ser libres de todo rencor. 

“No digas: Como me hizo, así le haré; … No paguéis a nadie mal por mal; …

Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.

No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.”

Proverbios 24:29   Romanos 12:17,18 y 21

La depresión 

La depresión es un estado emocional, que de manera indirecta se alimenta voluntariamente.  Nadie quisiera estar triste, ni mucho menos deprimido. Pero al no tener el suficiente carácter para tomar la decisión de superar la tragedia, alimentaremos a esa monstruosa enfermedad almática, como lo es la depresión. 

Por su puesto que ella produce enfermedades extras en nuestros corazones como lo es: el desánimo, la renuncia, la obstinación, el descuido de aseo físico, descompensaciones biológicas, y lastimosamente, planes y pensamientos suicidas. Humanamente no hay nada que se pueda hacer con una persona con depresión severa. 

Ya que inconscientemente ha llegado a desarrollar una habilidad, para serrarle la puerta a las posibilidades, la inserción, la resiliencia y el perdón. Y cuando las almas deprimidas llegan a su peor estado, solo hay un ser, que puede sacar a esa persona del infierno emocional que enfrenta, y ese ser sublime se llama: Jesús. Solo él tiene los ungüentos suficientes para vendar y sanar las almas quebradas, y solo él tiene el bálsamo requerido para sanar los corazones rotos. Ya sea por una traición, un plan fallido, un maltrato verbal o una pérdida de un ser querido. No hay dolor que Jesús no pueda sanar. No hay heridas que él no pueda tratar. 

CORRE a los pies de Jesucristo, y estés donde estés, entrégale tu corazón destrozado y tu alma doliente. Bastarán unos segundos para que sientas la diferencia. Porque él es el antídoto perfecto, para sanar, toda depresión. 

¿Por qué te abates, oh alma mía, Y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle,Salvación mía y Dios mío. Tú, que me has hecho ver muchas angustias y males, Volverás a darme vida, Y de nuevo me levantarás de los abismos de la tierra.Aumentarás mi grandeza, Y volverás a consolarme.

Salmos 42:11; 71:20,21 

[Para más reflexiones, visita nuestro canal en YouTube: Pai Otoniel Alvarado o Contáctanos al 503- 7142-2613] 

- Publicidad -spot_img

ÚLTIMAS NOTICIAS

- Publicidad -spot_img

NOTICIAS RELACIONADAS

- Advertisement -spot_img

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario
Por favor ingrese su nombre aquí