Basado en 2 Reyes 4:1-7
¿Qué harías tú?
Ninguna mujer —por muy creyente que sea— está exenta de enfrentar momentos difíciles. A veces los problemas llegan sin aviso, uno tras otro, como olas que golpean con fuerza. Así se encontraba esta mujer en 2 Reyes 4:1-7: era viuda, tenía deudas que no podía pagar y enfrentaba la amenaza de perder a sus hijos, quienes serían llevados como esclavos. ¿Qué haces cuando tu fe es desafiada al límite?
Ella hizo lo correcto: oyó la voz de Dios por medio del profeta y obedeció. No se quedó en el lamento, sino que buscó dirección espiritual. Hoy, muchas veces ignoramos la voz de Dios que nos habla a través de Su Palabra, del consejo pastoral o de una instrucción divina. Pero ella decidió creer y actuar.
Entonces Eliseo le preguntó: “¿Qué tienes en casa?” (v. 2). Esa pregunta la llevó a mirar con otros ojos lo poco que tenía: una vasija de aceite. Eso, en manos de Dios, fue suficiente para obrar el milagro.
Dios no necesita que tengas mucho, solo que confíes en Él y obedezcas.
La fe no se trata de entenderlo todo, sino de dar pasos aunque no veas la salida.
Hoy te animo a hacer lo mismo: busca a Dios, escucha su voz y mira con fe lo que tienes. Él puede hacer mucho con lo poco.
“¿Qué tienes en casa?… No pidas pocas vasijas.”
—2 Reyes 4:2b-3
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Tomando Mi Nación Mujer
Emma de Cuéllar