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viernes, diciembre 5, 2025

Abigail: Rompe cadenas y vive en libertad

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Basado en 1 Samuel 25

¿Hasta cuándo permitirás que las cadenas de tu pasado sigan marcando tus tiempos? Muchas veces no son los golpes visibles los que nos atan, sino las palabras que nos han marcado desde niñas: “no puedes”, “nunca serás suficiente”, “eres igual que tu madre/padre”. Y cuántas etiquetas de maldición nos han puesto: fracaso, escasez, enfermedad, ira, derrota. Estas palabras se vuelven muros que impiden entrar al propósito de Dios para tu vida.

Atrapadas en maldiciones generacionales, repetimos patrones sin darnos cuenta: ira descontrolada, orgullo, rencor o mediocridad. Decimos: “así soy yo, así era mi familia, no puedo cambiar”. Pero en Cristo nuestra historia sí cambia. Él rompe cadenas, quita etiquetas y nos da una nueva identidad.

Abigail entendió esto. Ella pudo haber  respondido  como su esposo Nabal: con necedad y orgullo. Sin embargo, eligió romper el patrón de maldición en su casa, actuó con sabiduría, se humilló delante de David y evitó la destrucción de su familia. Su decisión no solo la salvó a ella, sino también a toda su decendencia.

Dios te recuerda hoy que no tienes que vivir atrapada en esas palabras erróneas ni repetir las cadenas de tu pasado. En Cristo, los genes, heridas y etiquetas pierden poder. El Espíritu Santo te levanta para escribir una historia nueva: no de fracaso, sino de victoria; no de dolor, sino de propósito.

Es tiempo de renunciar a toda  palabra equivocada, a cada cadena que te frena. No aceptes lo que otros declararon sobre ti. Cree en lo que Dios dice de ti. Como Abigail, decide romper con lo que daña y abrir camino para la bendición en tu vida y en la de tus generaciones.

Tomando Mi Nación Mujer

Emma de Cuéllar

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