POR JULY DE SOSA
Existen zonas prohibidas de las cuales nos conviene huir a tiempo entre ellas están los vicios, las malas amistades, y las tentaciones sexuales entre otras. Las presiones sexuales aparecen desde las primeras páginas en la Biblia. Pienso que esa área es precisamente la más difícil de gobernar en la mayoría de personas, sin importar su sexo.
Esta realidad me hace recordar la presión sexual que experimento el rey David uno de los hombres más admirados, relatada en (2 Samuel 11:1-5) al leer su historia nosotros podemos ver y conocer los factores que intervienen en las presiones sexuales. Lo primero que nos coloca en una presión o tentación sexual es estar en un lugar equivocado, prestando atención a una zona de peligro. ¿Cuántas caídas sexuales? se evitaran tomando conciencia de lo anterior y se decidiera no poner los pies en un sitio equivocado a una hora incorrecta con compañía inapropiada. No pase por alto que la mayoría de tentaciones sexuales inician de forma “casual y descuidada” y poco a poco se va hilvanando un pecado que dejará como fruto una tragedia. Eso fue precisamente lo que le sucedió a David, esa tarde mientras sus mejores hombres exponían sus propias vidas para defender a su pueblo él, se levanto de su descanso; y desde la terraza de su palacio miro a una bella mujer que se estaba bañando totalmente desnuda. Aquí encontramos otro factor de riesgo sexual “quedarse mirando algo indebido más allá de lo casual”
Ciertamente no podemos evitar encontrarnos en situaciones similares a esa, como ver a una persona del sexo opuesto que no es nuestra propia pareja que llame nuestra atención, o una escena inesperada de contenido sexual en la TV. “Entre otros”. Pero lo que si podemos y debemos evitar es permitirle espacio en nuestra mente a esa tentación.
Amo la forma que tiene la palabra de Dios para mostrar las debilidades humanas en versos como este: Los ojos del hombre jamás se dan por satisfechos. Proverbio 27:20. Esta verdad acerca del ojo humano nos permite entender, la tendencia de mantener nuestra vista en objetivos que nos llevarán a experimentar pérdidas y fracasos. Ante esto conviene salir corriendo de toda situación de riesgo que pida más de su atención; la parte sexual tiene este comportamiento. Es por eso que no conviene crear amistad con la “tentación” más nos valdría hacer como José hizo frente a la tentación sexual simplemente “salir corriendo”. Quizá esa decisión no se vea muy varonil por los ojos equivocados en cuanto al significado de ser un hombre verdaderamente “macho”. Pero si será bien vista y admirada por aquellos ojos que si saben y conocen el verdadero significado de lo que es ser hombre, o mujer con identidad firme y definida.
Luego de conocer cómo el rey David cayó en la tentación sexual que se le presento. Usted y yo, tenemos que tener conciencia de que al igual que él, fracasaremos, si no decidimos alejarnos a tiempo de cualquier tentación sexual por “inofensiva” que parezca. Cierro formulándole la siguiente pregunta ¿Qué placer anhela disfrutar usted? El placer en darle rienda suelta a los deseos de su carne, o el placer que sentirá al defender su valor e identidad diciendo no a la tentación sexual?…La decisión es suya.
¡Feliz y libre semana para todos!