POR JULY DE SOSA
En la palabra De Dios encontramos nueve frutos del Espíritu, que debemos desarrollar, entre ellos está la “paciencia” fruto que a todos nos da problema entenderlo y ejercitarlo, en diferentes momentos en nuestra vida y más cuando de esperar la respuesta de Dios se trata. Pienso que esa impaciencia se debe a que marcamos el tiempo de espera de Dios, según nuestro reloj, olvidando que ÉL tiene su propio reloj, que no marca horas, minutos, y segundos. Le invito a que busque el pasaje que habla de esto en (2 Pedro 3:8-9) Mil años son apenas un día, no existen fechas topes apremiantes en la eternidad, “Dios gobierna los tiempos”
Mientras Dios está tranquilo preparando en su tiempo la hora de bendecirnos, y con todo bajo su total control…Nosotros estamos perdidos en desesperación y agonía. Es por esto que se vuelve “urgente” conocer acerca del amor y fidelidad Dios para esperar confiadamente. Entendiendo esto visualizo, que la paciencia requiere del arte de saber alinear nuestro reloj finito con el reloj eterno de Dios, reposando en su promesa ¡todo lo que pidiereis creyendo lo recibirás! Recordemos que Él es perfecto, y su plan en nuestra vida se cumplirá. Por lo tanto, debemos seguir el consejo de aprender a contar bien nuestros días como lo dice el Salmo 90:12. Por otra parte, no debemos olvidar que nuestra vida es Fugaz. Que con el único tiempo que contamos para disfrutar de ella, es con el “presente” y debemos aprovechar al máximo. Pero mientras estamos en ese compás de espera por una resolución de Dios sin importar la magnitud del problema, debemos abonar nuestra “paciencia” descansando en la misericordia de Dios y renunciar a vivir de modo frenético, por vivir intensamente, tratando de ser feliz con lo que somos y tenemos este día. Descansando en la confianza de que Dios nunca se adelanta ni llega tarde, Él llega justo a tiempo, en el momento preciso. Sigue abonando tu fruto de paciencia, tú Dios no te dejará burlado.
¡Feliz y paciente semana!