POR JULY DE SOSA
Luego de un tiempo de descanso familiar retomamos nuestras obligaciones y responsabilidades, y un buen grupo de personas desean que esta pausa laboral no termine por diferentes motivos, entre ellos las responsabilidades económicas por cumplir y la incertidumbre laboral que atraviesa nuestro país. Realidad que logra persuadir en diferentes escalas a los creyentes en Jesucristo. Motivo por el cual en esta oportunidad deseo con estas líneas incitarles a avivar el fuego del evangelio en nosotros. Ya que por nuestra naturaleza acostumbramos a preocuparnos por el futuro, olvidando ocuparnos del presente. No pretendo dar a entender, que es incorrecto pensar en el futuro, lo incorrecto es preocuparnos por situaciones que pueden o no llegar a pasar tales como: Perder nuestro empleo, cerrar operaciones de negocios, superar un divorcio, enfrentar una enfermedad, o peor aun por situaciones que no están en nuestras manos cambiar como nuestra partida de este mundo que es parte del ciclo de la vida, estas por mencionar algunas.
Debemos recordar hoy, que como creyentes estamos continuamente aprendiendo a vivir una nueva vida en Jesucristo vida que con su muerte y resurrección, conquisto, para que la vivamos a plenitud y dando gracias a Dios por todo, porque a todos los que le amamos “todas las cosas nos sirven para bien”. Es por eso que bien nos haría cambiar la preocupación en el porvenir, por ocuparnos hoy en afirmar la palabra en nuestra alma.
Jesucristo dijo: Así que no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán basta a cada día su propio mal. (Mateo 6:34) enseño más acerca de vivir el presente como el único tiempo que nos pertenece, el evangelio de Lucas 11:1-4 enseña el tipo de oración que debemos hacer conocido como ¡Padre Nuestro! Esta oración es conocida por muchos, pero por pocos comprendida. ¿Qué le parece si la repetimos una vez más? Le aseguro que usted cambiara su punto de vista. Note que comienza dándole alabanza al poder de Dios, esto para que cuando oremos no perdamos de vista delante de quien estamos.
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre.
Venga tu reino (es igual a pedir que su poder se manifieste en nosotros)
Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. (Muchos pedimos a Dios esperando haga conforme a nuestra voluntad y no a la suya, que siempre será agradable y perfecta)
El pan nuestro de cada día dánoslo hoy. (El pedir por la ración de alimento para el día, nos enseña que Dios desea tener una comunión a diario con nosotros y que no soltemos el hilo de comunicación con él. Porque escrito esta: Cada día traerá su propio mal. “No perdamos la paz de este día, por pensar en lo que pasará mañana”
Perdona nuestros pecados, así como nosotros perdonamos a todos. (Esta parte es para recordarnos el principio de no, pedir al padre misericordia antes de nosotros darla)
No nos metas en tentación, mas líbranos del mal. (Tentación todo aquello que nos hace dudar de su poder y amor para con toda la humanidad)
Ciertamente este modelo de oración enseñado por Jesús revela que Dios anhela tener una relación con nosotros de todos los días no solo de “semana santa, Domingo o tiempo de aflicción” Esa relación nos enseñará a vivir en el cada día de Dios, y a permanecer en paz en nuestra nueva vida en Cristo Jesús.
¡Feliz inicio de semana!