Por: Isabel Camarena
No os neguéis el uno al otro a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia, 1ª Corintos 7:5
Es muy común que en mi consulta reciba parejas con dificultades en el sexo o sin sexo; pareciera que el matrimonio es la tumba de la pasión, del romanticismo y del sexo. Esto no lo deberíamos dejar pasar, ya que Dios instituyo el matrimonio y el sexo como fuente de placer y reproducción.
Los seres humanos hacemos con nuestras acciones que el sexo se vaya extinguiendo debido a que ponemos mayor atención al trabajo, la familia y los hobbies; y vamos perdiendo esa conexión emocional, física y sexual con nuestro conyugue.
Un matrimonio sin sexo, es la pareja que sus encuentros sexuales son uno al mes, menor o nulo. Si la pareja ya no disfruta la relaciones sexuales, tiene un problema, este puede ser temporal y pasajero como la muerte de un ser querido, una enfermedad, la llegada de un recién nacido, mudanza, cambios físicos; o bien, un problema más profundo como resentimiento a la pareja, sentirse sobrecargado
(económica, laboral, actividades en la casa, etc), altas dosis de estrés, pérdida de confianza, entre otros.
Tómate unos minutos para reflexionar:
¿Cómo te sientes en el área sexual con tu conyugue?, ¿sientes que las relaciones sexuales tienen la frecuencia y calidad que necesitan para sentirse amados y deseados?
Te invito a que converses con tu pareja sobre cómo se sienten en el área sexual.
Recuerda escuchar activamente, sin poner oposición a lo que te dicen, ni interrumpir, ni justificar. Escucha!!!!
Justamente este es el problema con el sexo, las parejas no hablan sobre cómo se sienten y lo que necesitan; va pasando el tiempo y la distancia se va haciendo más larga; convirtiéndose en compañeros de casa con una emoción negativa de preocupación, tristeza y enojo debido a que el amor de pareja se está evaporando.
Diversos estudios demuestran que la falta de contacto físico y cercanía lleva no sólo a un distanciamiento físico, sino también emocional de las parejas. Casi el
100% de los matrimonios que dicen tener entre poco a nada de sexo muestran a la larga un grado de insatisfacción marital mucho mayor que aquellos que tienen relaciones con frecuencia.
Si estás pasando por este abismo sexual, actúa, lucha por recuperar este regalo que Dios dio para todos los matrimonios, concéntrate, invierte tiempo en ello, sabes que lo más importante, después de Dios, es tu conyugue que es tu amig@, amante, compañer@, veamos, reflexiona sobre lo siguiente:
- Tus hábitos: el día tiene 24 horas, cómo estás distribuyendo tu tiempo, qué tiempo le estas destinando a tu pareja exclusivamente todos los días, sin interrupciones ni tecnología?.
- Recuerda las cualidades de tu conyugue por las cuales te enamoraste. Trae al presente aquellas actividades, situaciones que disfrutaban juntos. Y traten de volver a realizarlas.
- Sé que en un inicio del matrimonio no hay hijos ni responsabilidades tan fuertes como las puede haber hoy. Las parejas en un inicio tenían “tiempo” y “creatividad” para tener sexo; ahora con la cotidianidad y la complejidad de los compromisos no hay tiempo ni cabeza para crear un ambiente romántico. Te sugiero que dentro de tus hábitos establezcas este tiempo y creatividad para que se avive la llama del amor. Es un compromiso de dos, ofrécele a tu pareja lo que quisieras recibir.
- Cortejo, romanticismo, pasión: ambos géneros quieren recibir de su conyugue la sorpresa de sentirse deseados y amados. Recuerda que dentro del matrimonio también somos amantes.
- Educación sexual y apoyo profesional: siempre aprendemos mientras tengamos vida, el área sexual no es la excepción, pueden consultar en pareja información científica sexual y también acudir con un profesional con el fin de fortalecer la vida sexual.
Dios te bendiga, Camarena