POR JULY DE SOSA
También los cristianos pasamos por valles secos y empinados, que no queremos experimentar, y estando en esa situación, podemos llegar a confundir nuestro estado con mala suerte, cuando en realidad, es una prueba de fe lo que estamos viviendo. El desacertado enfoque, puede causar en nosotros, desanimo e Incredulidad, prolongando así, el tiempo de prueba.
Es importante meditar en el hecho de que nuestro creador es Dios de comienzos y crecimientos, desde el Génesis, observamos como todos los que decididamente confiaron en Dios, atravesaron en la historia de sus vidas, diferentes tiempos de pruebas, alcanzando con eso, crecimiento espiritual y personal.
La carta de Santiago 1:3 dice: Hermanos míos, gozaos profundamente cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Considero sumamente importante entender esto, porque ¿Quién tiene gozo en tiempo de prueba? Solo aquellos, hacedores de la palabra de Dios, los demás, me refiero a los “oidores” de su palabra no podrán percibir el gozo que trae la prueba. Pero aún estos, serán usados para intentar persuadir a los hacedores, para apagar su fe. Recuerdo el caso de Jairo, que presento, a Jesús, la necesidad de sanidad para su hija, con sus ojos de fe puestos en él, pero aconteció que, yendo ellos, de camino hacia donde la niña estaba, alguien de su casa dijo: Tu hija ha muerto, ¿Para qué molestas más al maestro? La prueba de Jairo, aumento su calor, pero él, no desvió su mirada de Jesús y continuó confiando en su poder para recibir el gozo que esperaba. Cuando hubo soportado el calor de la prueba Jairo, salió aprobado y con su gozo cumplido. Su hija, la que estaba muerta, por el poder de Jesús resucito. Es apremiante mantener puestos nuestros ojos en el poder de Dios en medio de la prueba, eso garantizará que salgamos aprobados de ella. Dios prueba nuestra fe con nuestra confianza y paciencia, en él. Y aunque pensemos que Dios se está tardando para cambiar las circunstancias a favor nuestro, porque a nuestro parecer “ya no hay nada más por hacer” al igual que la hija de Jairo que murió, o de Lázaro, amigo de Jesús, que también murió, y sus hermanas reclamaron a Jesús por llegar “tarde” para auxiliarles. Debemos de confiar que Dios nunca llega tarde, pero tampoco se adelanta. Él, siempre llegará justo a tiempo. Esto porque su vista es más larga que la nuestra, y aunque su deseo es que veamos nuestro gozo cumplido, también quiere que nuestra fe suba de nivel, para el crecimiento en el conocimiento de él, que desea darnos.
Quiero animarle a que recuerde que sin importar el calor de su prueba Dios está allí, fortaleciéndole, y cuando esta termine usted y yo, seamos capaces de comprender. La anchura, la longitud, la profundidad y la altura, del amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seamos llenos de toda la plenitud de Dios. (Efesios 3:18-19)
¡Feliz semana! Rebosante de paz y confianza, en el Señor.