fbpx
viernes, abril 26, 2024

La oración que agrada a Dios.

- Publicidad -spot_img

POR JULY DE SOSA

¿Se ha preguntado usted, cual es la óptima oración para Dios?  A la hora de hablar con nuestro creador, es importante saber hacerlo, para alcanzar lo que necesitamos.

Los discípulos de Jesús estaban consientes de la necesidad de saber cómo tocar el corazón de Dios con su oración, por eso, pidieron a su maestro, nuestro salvador,  les enseñara a orar.  Me parece sumamente interesante que Jesús comenzó el modelo de oración diciendo: ¡Padre nuestro! Revelando así, que al orar debemos ver a Dios, como nuestro padre para pedir confiadamente. Muchos al orar buscan palabras refinadas para tratar de llamar la atención de Dios, tal y como lo harían con cualquier otra figura de autoridad humana. Pero ese, no es el caso de nuestra conversación con Dios, a él no le podemos impresionar con nada, porque es nuestro creador, y conoce de nosotros todo. Lo enseñado por Jesús es, que de la misma forma que cuando éramos niños nos acercábamos a nuestro papa terrenal para pedir su ayuda o recibir consuelo, lo hagamos con Dios sin palabras rebuscadas, confiadamente, sin mostrar una cara distinta a la que tenemos, y lo más importante con nuestro arrepentimiento por delante. Lo anterior es un ejemplo de relación entre un padre normal con su hijo, “aclaro” porque muchos de niños vieron en su papá, la figura de un hombre grotesco, machista, incapaz, abusador, y mil cosas contrarias a lo que en realidad debe de ser un papá para con sus hijos. Lógicamente a estos, les resultará difícil ver a Dios como padre, para lograr hacerlo, deberán renunciar a sus malos recuerdos de su niñez, y perdonar la actitud equivocada de sus padres ahora ya viejos o probablemente muertos.

Dios como padre es:  Amor, comprensión, fidelidad, aceptación y perdón.  Y en esa relación lo que debemos de cuidar es nuestra obediencia a él. Porque del mismo modo que nosotros como padre nos complacemos de nuestros hijos obedientes y aun con nuestras limitadas fuerzas, hacemos lo que está en nuestra mano para ayudarles en cualquier necesidad, además de tener brazos abiertos y palabras de consuelo, cuando se han equivocado; porque su obediencia para con nosotros mueve nuestra fidelidad para con ellos.

Jesús dijo: Pedid y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad y se os abrirá, porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si ustedes siendo   malos, sabéis dar buenas cosas a vuestros hijos, ¿Cuánto más vuestro padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? (Mateo 7:11)

No, pase por alto que en la oración debemos de pedir porque se cumpla su voluntad, antes que la nuestra. Eso nos advierte, que existen oraciones “arriesgadas” como aquellas en las que pedimos confirmación de Dios para tomar decisiones acertadas tales como: Señor si esa persona, no es lo que tú tienes para mí, pone estorbo entre nosotros, si ese negocio no me conviene pone estorbo para que no se dé. Debo matricular a mi hijo en tal colegio, sino es tu voluntad pone estorbo para su ingreso allí, Todo aquello en lo que necesitemos el estorbo divino de Dios, es a lo que yo llamo “oraciones arriesgadas” porque es muy probable que diga “NO” cuando lo que queremos es un ¡Si!, por respuesta. Es allí donde tendremos que aceptar su voluntad, que siempre será buena agradable y perfecta.  Aunque nos tome un tiempo aceptarlo, llegado el momento, nos convenceremos de que era lo mejor para nosotros.

No, olvide al orar llamar a Dios ¡padre nuestro! esto le recordará que él, es confiable, fiel, justo, y comprensivo.  No os angustiéis diciendo ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los no creyentes en Dios, se angustian por todas estas cosas, pero vuestro padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas ellas. Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia (buscad obedecer a Dios) y todas estas cosas os serán añadidas. (Mateo 6: 31-33)

¡Padre nuestro!  gracias por no darnos todo lo que te pedimos, pero si, todo lo que necesitamos. amen.

- Publicidad -spot_img

ÚLTIMAS NOTICIAS

- Publicidad -spot_img

NOTICIAS RELACIONADAS

- Advertisement -spot_img

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario
Por favor ingrese su nombre aquí