POR JULY DE SOSA
Este día el ministerio ¡Cristo Como Pastor! Cumple ocho años, de estar desarrollando la visión que de Dios recibimos, y hasta aquí puedo decir que su fidelidad, ha estado con nosotros, en todo tiempo, y en cada esfuerzo realizado, en el desarrollo de la labor encomendada. Como todo ministerio hemos tenido personas que se nutrieron con la palabra que Dios ha entregado, y continúan abrazando la visión propia del ministerio. Y otras partieron en busca de nuevos desafíos. Esto último suele traer problemas dentro de los ministerios, a tal grado de llegar a desanimarse de la visión recibida, por el éxodo de algunos miembros. Este fin de semana tuve la oportunidad de animar a una persona acerca de este tema. Un Joven llamado Carlos, me comento que cinco años atrás, sintió la necesidad de predicar el evangelio en su comunidad en la ciudad de Soyapango, pero el frenesí, poco a poco se apagó, al ver que algunos de los jóvenes que comenzaron entusiasmados, al igual que él, abandonaron su trabajo allí. Con un tono de voz suave me conto lo duro y difícil que le resultaba juntar a la gente de su comunidad para que escucharan las buenas nuevas de salvación; motivados por un refrigerio que consistía en un hot dog, jugo de cajita, y una galleta. Que les entregaba al final, gracias a donativos de personas que apoyaban su visión, representando todo esto el modo particular que Dios le dio para alcanzar a los no, alcanzados. Fueron buenos tiempos dijo sonriente, pero yo solo no podía continuar puntualizo. Inmediatamente le pregunte ¿Carlos la visión la recibió usted o todo el grupo? yo, contesto. Si usted recibió la visión clara de parte de Dios, ¿Por qué se desanimó por las personas que se fueron? ¿Por qué no continuar desarrollando la visión que de Dios recibió? independientemente de quien le apoye, enfatice. El principal don, que debe desarrollar un líder es la paciencia, y abrazada a esta la confianza, en aquel que le llamo. Termine mi conversación diciendo: Carlos renuncie a su visión, cuando Dios que fue quien le llamo, le diga tu tiempo en esta obra ha terminado. Y no, cometa el error de desanimarse por los “hombres” que deserten. Dios es quien se encarga de preservar a quienes caminaran con usted, porque Dios sabe que quien no abrace su visión, en vano trabaja al lado suyo. Carlos sonrió más expresivamente y dijo: No lo había visto así. Sonreí con él y me marché.
Historias como las de Carlos, son el pan de cada día, dentro del trabajo en el cuerpo de Cristo. Que sinceramente en “mi mente finita” no logro comprender, ¿Por qué las personas permiten que alguien que no siente, o vive, la visión que Dios les ha encomendado logre apagar el fuego dentro de ellos? Cuando lo que conviene hacer es lo que el apóstol Pablo hizo…Sacudirse el polvo y seguir avanzando hacia la meta prevista.
Si usted ha recibido un llamado de Dios, sea fiel y valiente, en cumplirlo, no permita que aquellos que no tienen una visión clara de Dios, en cuanto a su trabajo en el reino le desanimen. Siga avanzando desarrollando la estrategia particular que Dios le ha dado para pescar almas para ÉL.
Agradecidos estamos todos los que abrazamos la visión de nuestro ministerio, por lo que Dios nos ha permitido hacer en estos ocho años, seguros estamos de que el trabajo aunque poco, no ha sido en vano. Dios nos permita seguir avanzando con nuestros ojos y fuerzas puestos únicamente en ÉL.
¡Feliz Semana!